Un cuento de Gustavo Tatis Guerra
El vacío
-¿Qué hago con el vacío? –se preguntó Dios viendo el infinito que se derramaba debajo de sus párpados de muchacho atareado.
-Darle forma –dijo una voz que empezó a resonar dentro de él mismo como un eco. Una voz que se hizo tan suave y penetrante como un cuchillo. Luego, comprendió que era su propia voz al encuentro con el vacío.
-No dejes que el vacío devore las formas del universo. No dejes que la muerte sea el vacío, sino el vacío la otra forma de la vida que multiplica los vacíos. Para que entre uno y otro, no haya lugar para el vacío.
Desde que Dios empezó a juntar vacíos, nada se detiene.
-Darle forma –dijo una voz que empezó a resonar dentro de él mismo como un eco. Una voz que se hizo tan suave y penetrante como un cuchillo. Luego, comprendió que era su propia voz al encuentro con el vacío.
-No dejes que el vacío devore las formas del universo. No dejes que la muerte sea el vacío, sino el vacío la otra forma de la vida que multiplica los vacíos. Para que entre uno y otro, no haya lugar para el vacío.
Desde que Dios empezó a juntar vacíos, nada se detiene.
El vacío empezó a ser habitado por el deseo.
Rubén Darío Otálvaro seleccionó los cuentos, escribió el prólogo y las notas bibliográficas de esta Antología del cuento corto del Caribe colombiano, publicada por la Universidad de Córdoba en 2008. Son cien cuentos que abarcan el minicuento o minificción y el cuento corto o breve. De sus cien autores, algunos se dedican de manera especial a este sub-género narrativo; los demás son narradores de largo aliento que también escriben cuento corto. Están los escritores reconocidos en el Caribe colombiano; y los nuevos. Para comenzar esta nueva sección dominical del blog "Escribir como un loco", tomo un poco al azar el cuento del poeta y periodista Gustavo Tatis Guerra (Sahagún, Córdoba). Es una lástima que el antologista no haya dado las fechas de nacimiento de los autores.
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