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Mostrando entradas de 2016

Fidel Castro Ruz (1926-2016)

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El 25 de noviembre pasado (2016), murió en La Habana, Cuba, Fidel Castro, una persona que a partir de 1956 interesó a su país y al mundo entero como dirigente político, como estadista, como pensador, como ciudadano y como militante librepensador, y que, en ese sentido, permanecería activo (hasta su muerte) en la búsqueda de un mejor horizonte para la sociedad del siglo XX. Vendrán otras oportunidades para juzgar sus utopías aprendidas en los libros de José Martí y de los socialistas contemporáneos.  A la muerte de Fidel nadie ha quedado inmóvil. Por lo pronto, quiero reproducir de su blog "El ciervo herido", un texto escrito por Omar González , poeta, narrador y ensayista cubano, nacido en 1950, quien ha recordado por estos días, también, haber escuchado en 1958, por primera vez, la voz de Fidel por la entonces clandestina Radio Rebelde, desde la Sierra Maestra. Ese sentimiento latinoamericano y mundial, luego de ver a Raúl por la televisión dar la noticia de la muerte de su

El cuento de Saladoblanco

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Dra. Zuleima Peña V., alcaldesa de Saladoblanco, con los escritores Daniel Ángel e Isaías Peña Gutiérrez, el pasado 29 de octubre. Para no alargar el cuento, solo quiero recordar que hace cinco años, en 2012, le propuse al director de la Casa de la Cultura de Saladoblanco (así se escribe, no me lo vayan a cambiar, fue el pueblo donde nací) que organizáramos un concurso de cuento con apoyo de los colegios de secundaria, de la alcaldía y de la gente en general. Motivos: buscar la promoción de la lectura y de la creación literaria. Quien se acerca a un concurso literario es porque lee y escribe. De ahí pueden surgir los semilleros que se necesitan en todo el país, pero, sobre todo, en municipios que el país olvidó eternamente. Siempre he recordado que por muchos años, Saladoblanco ni siquiera aparecía en los mapas de Colombia. Y la actual alcaldesa, doctora Zuleima Peña Valenzuela, me dijo en la visita que acabo de hacerles con motivo del IV Concurso Municipal de Cuento, que en Nei

¿Nobel de Literatura 2016?

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Es probable que en esta ocasión se hable más de si se premió la música o la literatura, que del ganador del Nobel de Literatura 2016, el compositor y cantante norteamericano Bob Dylan, llamado de nacimiento como Robert Zimmerman. Dylan ya había ganado el Cervantes y otros premios literarios teniendo en cuenta su profesión musical, pero, sobre todo, su condición de compositor y creador de letras superiores a las de poetas famosos. Dylan tiene una cultura literaria que abarca la de sus raíces norteamericanas como las de varios poetas europeos. Se nota en sus poemas. Y haber pertenecido a los movimientos sociales de los años sesentas -nunca estuvo de acuerdo con la invasión a Vietnam, por ejemplo-, le dio a sus letras una fuerza especial, que él enriqueció con sus personales virtudes musicales y, por tanto, doblemente poéticas. Además, Dylan, como concertista, ha sido consciente de su influencia pública, de su poder decisorio ante las grandes masas cuando canta y dice cosas que siente la

Medina y Márceles hablan de biografías

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Recibí dos cartas de amigos escritores que hablan de la necesidad de escribir y publicar más biografías en Colombia. Es un tema que ha despierta muchas inquietudes. Acá transcribo sus cartas. Primero la del crítico de arte y escritor, barranquillero, Álvaro Medina Amarís, y luego la del narrador y crítico de arte, cataquense, Eduardo Márceles Daconte: Álvaro Medina 1.- "Mi estimado Isaías: En Colombia no se escriben biografías, sobre todo de personajes políticos, porque hay mucho chanchullo que ocultar. Por eso no se cultiva, ni por asomo, la autobiografía, porque autobiografía publicada podría terminar siendo autobiografía rectificada. Pero bueno, atendiendo tu inquietud, por lo demás válida, ¿qué tal una biografía no autorizada de La Gata o de José Obdulio Gaviria? Las biografías no autorizadas existen en muchísimos países, pero porque el autor tiene la seguridad de que, al doblar una esquina, un sicario no le pegará un tiro en la nuca. Total, quedarían las bio

Necesitamos biografías

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C Uno de los libros, entre varios otros, con los que inicié mi carrera literaria, cuando apenas hacía bachillerato en el Colegio Nacional Simón Bolívar de Garzón, fue una biografía que encontré en la biblioteca y que nadie nunca había leído. Necesitaba escribir un artículo sobre la poesía de José Asunción Silva para el profesor de español y literatura Antonio Navarro, un estudiante santandereano de medicina que había abandonado sus estudios y había encontrado en la enseñanza de la literatura una opción apostólica, como lo era ese reducto episcopal del sur del Huila. La biografía, cuyo título no recuerdo, era de un historiador, creo que bogotano, llamado Alberto Miramón, y hoy la recuerdo como una explicación de la obra literaria del poeta bogotano a la luz de todo lo que le había sucedido a Silva, incluidos, por supuesto, los pasajes referentes a su hermana. No recuerdo si escribí el artículo o di la “lección”, pero jamás he olvidado la biografía y las deliciosas horas que pasé,

José Monleón (1927-2016)

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José Monleón Lo recuerdo sentado en una mesa de escritorio, frente a un auditorio pequeño, cuando nos dictó un seminario sobre temas que buscaban apoyar la escritura de una crítica teatral en Colombia, por allá en 1994. Lo había organizado Clarisa Ruiz en el marco del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá. El Ministerio de Cultura nos había concedido unas becas para que asistiéramos al seminario en Bogotá, Medellín y Manizales. Allí lo escuchamos, entre otros, Epifanio Arévalo, Jorge Prada, Martha Sánchez, Ramiro Tejada, Domenici, Fernando Duque, un grupo de más de una docena de amantes del teatro. Desde fuera, los españoles habían visto cómo nuestro teatro había pasado del teatro de autor al de creación colectiva, por ejemplo, y cómo las escuelas europeas, con sus grandes directores e iniciadores de nuevas teorías sobre el montaje y la actuación, seguían sacudiendo la escena mundial. Monleón era un gran observador y le gustaba guardar, de manera crítica, sus distancias fr

José Manuel Rodríguez W. en la Feria del Libro 2016

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José Manuel Rodríguez Walteros,  Premio Nacional de Novela Corta El próximo sábado 23 de abril, a las 3 de la tarde, en el marco de los 400 años de la muerte de Miguel de Cervantes, de los 50 años de la creación de la Universidad Central de Bogotá y de los 35 años de fundado el Taller de Escritores de la Universidad Central, en el Salón Jorge Isaacs de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, haremos el lanzamiento de la novela corta Los trashumantes , del narrador y poeta José Manuel Rodríguez Walteros (Bogotá,1966), ganadora en 2014 del primer lugar en la convocatoria nacional "Premios de Literatura", que coordinan los programas de Creación Literaria de la Universidad Central. La novela fue publicada el año pasado, pero no había sido presentada en público. Su autor, residente en Los Ángeles desde hace varias décadas, estará presente en el acto, junto con los jurados del concurso, los escritores Gloria Inés Peláez, Juan Álvarez y Alberto Bejarano. El texto que reprod

Elena Ferrante en la Feria del Libro de Bogotá

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Por poco se  va en vano la entrevista “La ausencia insoportable” ( Arcadia , No. 126), que le hizo Santiago Parga a la escritora italiana Elena Ferrante, quien desde el siglo pasado utiliza el anonimato, sin que se sepa si ese es su  verdadero nombre. Si lo fuera, no le saldría mala la broma. La salvaron las cuatro últimas respuestas en la entrevista. Cuando le preguntan por Proust y la estructura de sus novelas dice que “Hay páginas geniales sobre la autonomía absoluta de las obras y sobre lo efímero que es el ‘yo’ que las escribe: un yo inestable, sepultado bajo los muchos yo de nuestra individualidad, difíciles de desentrañar, fáciles de perder”. Le preguntan por la relación entre obra, política y comentario social, y dice que “en una novela la crítica social y política debe ir de la mano con las experiencias de los personajes”. Porque, “lo queramos o no”, esos problemas “están inscritos en nuestra carne, en las palabras que usamos, en la manera como reaccionamos. Es eso lo

Ana Silvia Gutiérrez Roa: 30 de enero de 1916

Esta no es una historia para contar en un blog. Pero, hoy dejo aquí su registro. Al otro lado del río Magdalena queda Villavieja, y a este, Aipe. Detrás de los dos pueblos permanece el desierto de la Tatacoa. En Aipe, en una casa de bahareque y techo de paja, el penúltimo día del mes más caluroso del año, el 30 de enero de 1916, Ana Silvia. Una mujer alta, blanca y pecosa, curtida por el sol y por el tabaco que fumaba con elegancia, experta en coser toda clase de ropas, era su madre, Inés Roa. Y un hombre delgado, trigueño, de nariz aguileña, un poco melancólico y de una tranquilidad calentana, era su padre, Eugenio Gutiérrez. Mis abuelos maternos. A orillas del río, Ana Silvia aprendió a nadar, a sajar y comer bocachico, y en Neiva se hizo maestra. Luego escogió su meta, su alegría y su tristeza. Se fue a trabajar en las escuelas del sur del Huila, del sur montañoso, fresco y arrogante, que nunca abandonaría. Pasó como maestra rural por la Argentina, Naranjal, y terminó en Sa