Un minicuento motilón
El mundo de arriba y el mundo de abajo
En el cielo, allá arriba, había una selva con árboles, con animales y con comida. Alla vivían los motilones, cazando y sembrando. Y miraron un día hacia abajo, a la tierra, y vieron que allá también había ríos y bosques con buena caza. Entonces cortaron un bejuco muy grueso y muy largo, para que resistiera el peso de los hombres, y por él se descolgaron todos los motilones, uno detrás de otro. Y llegaron a la tierra y el bejuco quedó colgando y los indios se fueron a cazar animales. Un gallinazo, que pasaba volando, cortó el bejuco y cuando los motilones volvieron de la cacería no pudieron subir, regresar al cielo: se quedaron para siempre en la tierra. El gallinazo, como castigo, tiene que comerse la carne de los muertos para llevarla otra vez al cielo.
[Tomado de la Antología del cuento corto colombiano, de GuillermoBustamante y Harold Kremer, Bogotá, Universidad Pedagógica Nacional, 2006]
En el cielo, allá arriba, había una selva con árboles, con animales y con comida. Alla vivían los motilones, cazando y sembrando. Y miraron un día hacia abajo, a la tierra, y vieron que allá también había ríos y bosques con buena caza. Entonces cortaron un bejuco muy grueso y muy largo, para que resistiera el peso de los hombres, y por él se descolgaron todos los motilones, uno detrás de otro. Y llegaron a la tierra y el bejuco quedó colgando y los indios se fueron a cazar animales. Un gallinazo, que pasaba volando, cortó el bejuco y cuando los motilones volvieron de la cacería no pudieron subir, regresar al cielo: se quedaron para siempre en la tierra. El gallinazo, como castigo, tiene que comerse la carne de los muertos para llevarla otra vez al cielo.
[Tomado de la Antología del cuento corto colombiano, de GuillermoBustamante y Harold Kremer, Bogotá, Universidad Pedagógica Nacional, 2006]
Un cuento con paradoja, breve pero de profundo contenido.
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