Un poema de Roberto Sosa

La eternidad y un día
A Francisco Salvador

Se hace tarde, cada vez más tarde.
Ni el viento pasa por aquí y hasta la Muerte es parte del paisaje.

Bajo su estrella fija Tegucigalpa es una ratonera.
Matar podría ahora y en la hora que ruedan sin amor las palabras.

Solo el dolor llamea
en este instante que dura ya la eternidad
y un día.

Roberto Sosa es uno de los mayores poetas hondureños vivos. Vive en Tegucigalpa, y alguna vez estuvo en Colombia en la Feria del Libro de Bogotá.

Comentarios

  1. www.fluidoabsurdo.blogspot.com26 de julio de 2009, 18:16

    Isaias:
    Vitier y Villarino son dos hermosos regalos de lectura

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  2. Gracias.
    No lo conocía. Ya me hacía falta la poesía en tu blog.

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