Un poema de Roberto Sosa
La eternidad y un día
A Francisco Salvador
Se hace tarde, cada vez más tarde.
Ni el viento pasa por aquí y hasta la Muerte es parte del paisaje.
Bajo su estrella fija Tegucigalpa es una ratonera.
Matar podría ahora y en la hora que ruedan sin amor las palabras.
Solo el dolor llamea
en este instante que dura ya la eternidad
y un día.
Roberto Sosa es uno de los mayores poetas hondureños vivos. Vive en Tegucigalpa, y alguna vez estuvo en Colombia en la Feria del Libro de Bogotá.
A Francisco Salvador
Se hace tarde, cada vez más tarde.
Ni el viento pasa por aquí y hasta la Muerte es parte del paisaje.
Bajo su estrella fija Tegucigalpa es una ratonera.
Matar podría ahora y en la hora que ruedan sin amor las palabras.
Solo el dolor llamea
en este instante que dura ya la eternidad
y un día.
Roberto Sosa es uno de los mayores poetas hondureños vivos. Vive en Tegucigalpa, y alguna vez estuvo en Colombia en la Feria del Libro de Bogotá.
Isaias:
ResponderEliminarVitier y Villarino son dos hermosos regalos de lectura
Gracias.
ResponderEliminarNo lo conocía. Ya me hacía falta la poesía en tu blog.