Un poema de Rogelio Echavarría
El transeúnte
Todas las calles que conozco
son un largo monólogo mío,
llenas de gentes como árboles
batidos por oscura batahola.
O si el sol florece en los balcones
y siembra su calor en el polvo movedizo,
las gentes que hallo son simples piedras
que no sé por qué viven rodando.
Bajo sus ojos –que me miran hostiles
como si yo fuera enemigo de todos–
no puedo descubrir una conciencia libre,
de criminal o de artista,
pero sé que todos luchan solos
por lo que buscan todos juntos.
Son un largo gemido
todas las calles que conozco.
Todas las calles que conozco
son un largo monólogo mío,
llenas de gentes como árboles
batidos por oscura batahola.
O si el sol florece en los balcones
y siembra su calor en el polvo movedizo,
las gentes que hallo son simples piedras
que no sé por qué viven rodando.
Bajo sus ojos –que me miran hostiles
como si yo fuera enemigo de todos–
no puedo descubrir una conciencia libre,
de criminal o de artista,
pero sé que todos luchan solos
por lo que buscan todos juntos.
Son un largo gemido
todas las calles que conozco.
"El transeunte", poema del libro homómino de Rogelio Echavarría (Santa Rosa de Osos, 1926), sigue siendo un clásico. El año pasado la revista española Palimpsesto, lo reprodujo una vez más. Es uno de los poemas colombianos más publicados en antologías y selecciones, desde cuando apareció en la primera edición del Ministerio de Educación, en 1964. Por eso va en este domingo de poesía. [En la foto, portada de la edición de la Universidad de Antioquia, Medellín, 1994, con prólogo de José Manuel Arango].
Una buena forma de encontrar el alma de las cosas inanimádas.Como Chesterton con la calle Brumpton, Echavarría plasma en un clásico el cariño y el sosiego por las calles
ResponderEliminarme ha gustado mucho leer el blog, la narración del recorrido por Sandoná, Otavalo, Quito me gustó mucho mientras la fui leyendo. La forma como se fueron percibiendo las cosas logra transmitir la sensación de quienes en ese momento eran los atentos viajeros.
ResponderEliminarQuedaron en mi memoria los versos de Echavarría:
Todas las calles que conozco
son un largo monólogo mío,
También cuando dice:
las gentes que hallo son simples piedras
Pitalito-Isnos-Popayán es un acertado registro de lo que ocurre en estos lugares, quizá ya olvidados por las administraciones políticas...descuidadas.
Magnífica noticia la de la traducción en ¿Quién mora en estas oscuridades?, revisaré este libro, me pareció interesante leerlo. La traducción en Colombia merece ser analizada tal vez.
De la Segunda antología del cuento corto colombiano, ésta ya fue publicada, considero que fue una buena antología.
Me gustó el estilo de Pezzoa, el cierre que da a cada una de sus estrofas.
David Jacobo