Columna profética sobre Evelio José Rosero


La primera novela (inclusive, el primer libro) de Evelio José Rosero Diago (casi siempre, Evelio José Rosero) no es Mateo solo, novela publicada, en primera edición, por Jaime Fernández M., en su Editorial Entreletras (Villavicencio, dic. de 1984), sino la titulada El eterno monólogo de LLO, obra que había participado, en 1981, en el Concurso Nacional de Poesía “Awaska”, organizado por el Taller de Escritores de la U. de Nariño, bajo la dirección de Edgar Bastidas Urresty. El jurado (ojalá supiéramos sus nombres), como era obvio, la declaró fuera de concurso, porque el texto, aunque excelente, no se ajustaba a las bases -aunque era poético y él lo había subtitulado "Poema novelado" para "colarse", digo yo, en el concurso, estaba escrito en prosa narrativa y no en el género convocado, sencillamente-. Por ser de alta calidad literaria, Edgar rescató el manuscrito de Evelio y lo publicó bajo su sello Ediciones Testimonio (“Apartado aéreo 187, Pasto, Colombia”, lo recuerdo), que dirigió por tantos años. El libro, de 101 páginas, mucho más extenso que Mateo solo (66 pp.), fue impreso en Medellín por la legendaria Editorial Lealon, en agosto de 1981, tres años antes de Mateo. Cuando Evelio me lo regaló autografiado, dejó la constancia: “Para Isaías Peña G., con aprecio, esta primera publicación del esfuerzo. Evelio José Rosero. X/81”. Yo lo leí con juicio y, sorprendido, le dediqué mi columna de libros, que hacía en El Espectador con el nombre de “Lecturas desobedientes”. Apareció el viernes 2 de abril de 1982. Y resultó profética, tanto por el exitoso futuro que anunciaba de su autor, como por, incluso, aquello de que este libro resultaría “inadvertido” (ninguna editorial hasta ahora lo tiene en sus listas y, paradojas del destino literario, tampoco aparece en las referencias bibliográficas de Evelio. Pero es allí donde, por primera vez, vimos, apenas en los 23 años suyos, toda la sabiduría literaria de Evelio José Rosero. Fue y es mi opinión. La reitero ahora que aparece, por fortuna, con todos los honores, otra edición de Mateo solo, en Tusquets Editores. (Y con esto cumplo mi recado para Juan David Correa, quien escribió en FB una interesante reseña sobre Mateo y Evelio). Y, dentro de ocho días, volveré sobre el LLO de Evelio, para atender un comentario de Ximena Ruiz y de mi querido Evelio.
A continuación, tal cual, mi columna de 1982:


“El ´LLO´ de Evelio José Rosero
Por Isaías Peña Gutiérrez
(El Espectador, Bogotá, 2 de abril de 1982)
Hace rato -unos cuatro años, tal vez-, he considerado el nombre de Evelio José Rosero como uno de los principales integrantes del movimiento literario colombiano de la década de los años 80s. Muchos jóvenes nacidos entre 1950 y 1960 comienzan a copar los premios de los concursos de cuento y poesía -muy escasos, por cierto, en este año-, pero entre ellos la imaginación y el lenguaje de Rosero logran colocarlo en una zona distinta a la de sus antecesores y coetáneos.
        Finalista en varios concursos, premiado en Cali en un concurso de poesía en 1978, en Armenia en un concurso nacional de cuento en 1979, en Barranquilla con otro cuento en el mismo año, Evelio José Rosero fue declarado fuera de concurso en Pasto el año pasado con motivo del Premio de Poesía del Taller de Escritores de la Universidad de Nariño, que coordina Edgar Bastidas Urresty. En esa ocasión participó con un libro titulado El eterno monólogo de LLO, que luego fue publicado, en magnífica edición de Lealón (Medellín), por la Fundación Testimonio, con excelente carátula de Adriana Sanmartín. Este libro lo subtituló su autor como “(poema novelado)” y, efectivamente, lo es y así se debe leer. Con eso quiero decir que Rosero propuso una escritura mixta portadora de las imágenes interrumpidas propias del poema, y, al mismo tiempo, de la prosa y de la presencia de núcleos anecdóticos esparcidos en lo que él llama “galerías” (ocho en total, a manera de capítulos). Una idea gráfica del libro puede tenerla el lector con la acumulación de las primeras frases de cada una de las ocho “galerías”:
        “Solo, a la deriva, LLO se ha sentido pajarraco ingrávido. / Amarilla moneda. LLO acudía a la tienda de la esquina para comprar besos de hielo… / Las piedras los ladrillos las rocas los planchones, el paso de un zapato ancho y duro, las sombras perfilándose. / Sosteniendo la lámpara en la mano, LLO se percata de la presencia de su sombra. / Pinté de ocre un portal verde. / Que lo empujen todas las manos: Viajar es siempre huir. / Todo es último, el último gato maúlla en el último tejado. / LLO escribe que escribo, escribimos que LLO escribe, no podemos asegurar que tenemos alas pero hay algo parecido que nos brota desde el hígado”. El juego de la persona gramatical utilizada en la narración se define desde el segundo epígrafe: “Yo no soy LLO/ LLO son todos ustedes”. Y así el monólogo del LLO se convierte en un monólogo del hombre contemporáneo visto, simultáneamente, por él y por mí, como en una figura cubista o en la superposición de dos negativos.
Ese “yo” que visto por “él” del LLO, trasiega de principio a fin por todos los vericuetos de la vida moderna. Yo no diría que alcanza a filosofar -si es que esa es algunas veces la intención-, pero sí reflexiona poéticamente a partir de una serie de circunstancias narrativas del LLO. En ese camino de idas y devueltas, que cubren la vida de una persona desde su niñez hasta su adultez, Evelio José Rosero demuestra estar en posesión de una imaginación renovada y exuberante, de un lenguaje activo, agresivo, rápido, que en ningún momento pierde su claridad a pesar de los riesgos que conlleva (monotonía, inútil especulación o falta de gravidez).
Este libro, que puede pasar inadvertido, es para mí uno de los principales en la iniciación del que será el grupo generacional de la década del 80 aunque sea aventurado decirlo.”

Comentarios

  1. Querido masestro, Evelio Rosero –así ya casi todos le dicen–, lejos de las luces, serio y talentoso, brilla con luz propia, y es y será un ejemplo y estímulo para seguir, como desde hace años,pasa.

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  2. Alguna forma de conseguir el libro en físico?

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