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¿Poesía femenina?

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Maruja Vieira Ni le pongo el cascabel al gato, ni soy abogado del diablo. ¿Poesía femenina? ¿Poesía masculina? Creo que cuando se crean estos encasillamientos, en general, se puede estar hablando de cosas propias con nombres ajenos. O de fenómenos sociales y culturales que no corresponden a los literarios o estéticos. Me parece ver ese problema cuando a la poesía se le trasladan los enredos de “género” –reducción de una palabra tan rica en las ciencias sociales y naturales, aplicada pobremente a la pareja humana-. Apenas terminaba yo mi bachillerato en Garzón, en el Simón Bolívar, cuando alguien me preguntó si existían mujeres poetas en Colombia y que, de ser cierto, si podría escribir una conferencia sobre ellas. Ese interrogante me sorprendió entonces. Y con los años fui descubriendo que, antes o después, por lo menos en la historia posterior al matriarcado en la humanidad, siempre la gente se la ha hecho. ¿Por qué? Las razones pueden ser múltiples, pero no son literarias; si...

La guerra y la paz

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No hablo de Guerra y paz , la novela de León Tolstoi, que en la traducción al castellano de Gala Arias Rubio sobre los originales rusos de 1866 (Random House Mondadori, 2004) son 1175 apretadas páginas. Ni hablo del poema de la guerra por excelencia que es la Ilíada de Homero, que en las ediciones que poseo van, la que está en verso (Ediciones Cátedra), hasta la página 1032, y la que está en prosa (Editorial Bruguera), hasta la apretadísima página 430. No. Hablo de un singular libro titulado Homero, Ilíada , escrito por un italiano llamado Alessandro Baricco (Turín, 1958), publicado en 2004 con diseño descansado y letra legible. Baricco, fundador de una escuela de técnicas literarias con el nombre del personaje central de El guardián entre el centeno (Salinger), se compadeció de sus lectores y se propuso entregarles el extenso y nutrido canto épico de Homero en apenas 187 páginas. Y lo logró. Lo tituló Homero, Ilíada , porque sin dejar de ser Baricco, uno lee a Homero y su canto de...

Fernando Soto Aparicio (2)

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Esta es la segunda parte del “Epílogo” que escribí para el nuevo libro, recién editado por el Grupo Editorial Educar, No morirá el amor , de Fernando Soto Aparicio (Socha, Boyacá, 11 de octubre de 1933, hace ochenta años. Pero de aquella época es, también, la poesía y un tema recurrente en sus obsesiones: la presencia de un dios que siempre ha querido reinventar para que sea más humano y más parecido al dios original de los cristianos. Su “Oración personal a Jesucristo”, de 1953, fue su primera incursión en este sentido. Y lo sigue buscando en este libro. Fundir esa vocación que busca y reclama un dios justo con la del amor como motor de vida plena, sigue siendo una permanente e indeclinable manera de escribir. Y nunca ha dejado de elaborar las más expresivas fórmulas para conseguirlo. Como lo harían Santa Teresa o la escritora, también, boyacense, sor Francisca Josefa del Castillo y Guevara, y tantos  otros poetas místicos que han llegado al éxtasis literario, dejando a la...

Fernando Soto Aparicio (1)

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El 11 de octubre de este año cumplirá ochenta años el narrador, poeta y guionista de televisión, Fernando Soto Aparicio. Nació en Socha, aunque con frecuencia se cita a Santa Rosa de Viterbo como su tierra natal, sitio donde pasó su niñez y juventud. Este artículo -que publico en dos entregas- lo escribí como epílogo a su nuevo libro No morirá el amor (Educar Editores). Creo haber conocido en 1967 a Fernando Soto Aparicio, cuando terminaba mi carrera de Derecho. Él ya había publicado Los bienaventurados (cuentos, 1960), y dos de sus más grandes novelas,  La rebelión de las ratas (Premio Selecciones Lengua Española, 1962) y Mientras llueve (1966). En ese momento acababa de aparecer en librerías su nueva novela El espejo sombrío . Una novela que, de alguna manera, recogía dos de los temas preferidos suyos y que siempre estarían presentes en su obra: lo social y su canto al amor. En una entrevista publicada en El Tiempo (27 de agosto de 1967), la primera que me daba un escr...

Gerardo Meneses Claros

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Gerardo Meneses Claros (Foto: IPG) No podría decir si lo conocía antes de cuando ganó el primer premio de literatura infantil y juvenil que habíamos convocado por entonces con Fomcultura del Huila, dirigido por Olmo Guillermo Liévano. Gerardo Meneses, de Pitalito, tenía para entonces 32 años y ya era profesor y periodista. Y seguramente escribía y fue mi gran sorpresa en un concurso que yo había propuesto, precisamente, para impulsar un género que en el Huila jamás se convocaba. Lo que nunca me imaginé fue lo que pasó después. Ese libro ganador del Premio de Literatura Infantil y Juvenil del Fondo Mixto de Promoción de la Cultura del Huila, en 1998, seleccionado por dos jurados no huilenses (para evitar las endogamias), Evelio Rosero Diago (años más tarde, uno de los más grandes escritores colombianos) y Milcíades Arévalo (director de la revista literaria Puesto de Combate , cuentista y gran promotor de las letras del país), libro llamado por Gerardo, Danilo Danilero, cabeza de v...

Coetzee en Colombia

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Foto tomada en Adelaide, Australia (Por: Tamara Peña P.) Me han preguntado todos cómo logré la aceptación del Nobel de Literatura 2003, J. M. Coetzee, para venir a Colombia. Como he comenzado a dar varias versiones, quiero resumir en esta columna las razones visibles e invisibles. En 2004, algunas personas que sabíamos de la obra de J. M. Coetzee, decidimos, a propósito de su Premio Nobel de Literatura 2003, incluirlo con su novela Desgracia en una lista de autores que, por entonces, estudiábamos con un grupo de egresados del Taller de Escritores de la Universidad Central. Dos años después, en 2006, impresionados y motivados por aquella lectura, programamos un seminario sobre la obra de J. M. Coetzee, por considerarla fundamental para quienes vivíamos cerca de la creación literaria. Entonces, leímos novelas como Esperando a los bárbaros , En medio de ninguna parte , Elizabeth Costello , El maestro de Petersburgo y Juventud . No obstante, el compromiso con Coetzee quedó trunco...

Entrevista con J. M. Coetzee

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(El lunes, 7 de abril, el diario El Tiempo , de Bogotá, publicó esta entrevista con J. M. Coetzee, una de las tres que concediera para Colombia antes de su llegada a Bogotá este domingo 7 de abril). John M. Coetzee, un escritor siempre nuevo. El premio Nobel de Literatura 2003 visitará el país la próxima semana, para participar en un seminario organizado por la Universidad Central de Bogotá. Isaías Peña Gutiérrez Especial para EL TIEMPO En diciembre, J. M. Coetzee cumplirá diez años de haber recibido el Premio Nobel de Literatura, aunque pareciera no haberse dado cuenta, pues después del 2003 ha seguido escribiendo como si no lo tuviera. Y la verdad es que podrían dárselo de nuevo. Tal es su genio, pasión y disciplina para narrar historias y fundar pensamientos, demostrado en todo cuanto ha publicado a partir de 2004. De ahí, el consenso general entre escritores y lectores, en el mundo entero, para considerarlo el gran Nobel de la Literatura de los últimos cincuenta años...