Saladoblanco

Ceiba y parque central de Saladoblanco Esta columna la iba a llamar, en forma interrogativa, “¿Salado Blanco?”. La pregunta surgía de la entrevista que hace ocho días publicó en El Tiempo de Bogotá el periodista y escritor Francisco Celis Albán bajo el título de “Isaías Peña, profesión: fundador” (creo que en www.eltiempo.com apareció de otra manera). Y allí mi querido puebo natal (no debe pasar de 10,000 habitantes) no se llama Saladoblanco: se llama Salado Blanco. Con esta observación no quiero reclamarle nada a Pacho Celis, quien harto bregó para sacarme su bondadosa entrevista, menos en momentos en que él le ha dado un impulso extraordinario, con entrevistas y crónicas de fondo, a la sección “Debes leer” que él dirige. Lo hago porque la palabra “Saladoblanco” (que si ustedes la escriben así, unida, el computador les corregirá con rojo, y si la separan, les dará correcto), durante toda mi vida fue una especie de “karma”, en el mejor sentido de la palabra. Ahora, gracias ...