Despedida deslucida a Jorge Villamil

No se si por haber dejado dicho que no le hicieran homenajes politiqueros, la ceremonia de hoy miércoles en la catedral primada de Bogotá para despedir al gran maestro de la música colombiana, resultó muy pobre. El decreto presidencial, como me comentó el historiador Bernardo Tovar Zambrano, fue un sentido pésame por decreto. La palabras de Libardo -así le decíamos en Garzón-, muy quedadas para llegar de un orador y escritor de fama (además, muy despectivo al mandar a los músicos para el atrio). Alguien dijo que Villamil había dejado incompleta una obra musical que ahora estaría arreglando con algún coro angelical (no se si era una metáfora o un chiste pachuno).
Yo me imaginé que en la catedral oiríamos un concierto de la Filarmónica con obras del gran maestro; que la presidencia ordenaría en su decreto de honores (como suele hacerlo a voz en cuello el doctor Uribe), a quien correspondiera, recopilar las composiciones de Jorge Villamil en un libro de lujo y en otro popular para repartir en las escuelas del país (para que los niños aprendan que "Espumas" no es mexicana, sino colombiana), o una antología o un video musical con sus mejores temas (algunos de ellos, como "Caracolí", ya casi son especie extinguida); que el Departamento del Huila traería su Sinfónica de Vientos con "El barcino" al frente y prometería darle otro empujón al Museo Jorge Villamil.
Pero no. Nada. Algunos músicos cantaron en el atrio de la señorial catedral primada de Colombia, regañados por Monseñor Libardo, quien, por lo visto, poco quería al compositor de compositores. (El maestro Villamil tenía razón, más valía un velorio en Sayco que cien discursos en la catedral o en el capitolio. Todo es oropel, Maestro, usted ya lo había dicho).

Comentarios

  1. Es grato encontrar un espacio para dar rienda suelta a nuestros, pareceres, por vivir en la provincia, no siempre se tiene acceso a los presuntos grandes eventos culturales que se realizan en nuetra capital, y fué precisamente este evento, Despedida a Jorge Villamil, que despertó en mi la añoranza y nostalgia de no poder estar alli. Pero que desilución, todos los comentarios han sido lastimeros, es decir "no me perdi de nada", pero más aún, ya estaba yo pensando, en ese gran album, contentivo de sus excelentes y úmerosas melodias, otra decepción, pero tipica, actuación de nuestros incultos dirigentes, sinceramente he quedado con pena ajena, lo iento señor VILLAMIL. (Q.P.D.)

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  2. Isaias, un saludo cordial de la familia del Maestro Villamil, a un mes de su partida. Mi taita estaria muy contento de leer tus letras. Jorge

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