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Mostrando entradas de enero, 2010

Un poema de José Gorostiza

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Me envía la poeta Luisa Fernanda Trujillo, autora del libro De soslayo, prendada (2010), un poema a Bogotá, de 1948, del mexicano José Gorostiza (Tabasco, 1901-México, 1973), autor de libros recordados como Canciones para cantar en las barcas y Muerte sin fin , miembro del grupo "Contemporáneos", que trascribo a continuación: Declaración de Bogotá HA SILBADO una ráfaga de música. Desciende el aire de la negra montaña tempestuosa. Tropieza en la esbeltez de tu blancura como topa la luz, allá en la plaza, en la amarilla catedral de aceite que, lenta, se consume cediendo a los dominios de la estrella su estatura de llama endurecida. Te hace sonar el aire: eres su flauta. Te agradece los ojos plenilunios. Imprime un ritmo pendular al brazo con que cortas la línea de tu marcha y en nobles giros de cristal te ajustas a frenos de pedales y sordinas. Te ahoga la sonrisa inescrutable en un sabor de té que se azucara poco a poco en la pulpa de tus labios y te erige, por fin, sonora e

Ciao, Salinger

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Ante la evidencia, no hay mucho por decir. El gran J. D. (Jerome David) Salinger ha partido, sin dolor -el dolor es el nuestro-, para su reencuentro con Holden Caulfield y nos ha dejado cuatro libros (no más, apenas unos más que Juan Rulfo). Cumplió su promesa de no dar entrevistas, al contrario de otros escritores famosos que en mil entrevistas dicen que nunca dan entrevistas (y los periodistas lo repiten en cada entrevista). Esos cuatro libros, más cortos que largos, fueron: El guardián entre el centeno (1951), Nueve cuentos (1953), Franny y Zooey (1961) y Levantad, carpintero, la viga del tejado (1963). En Argentina, como me lo ha recordado el narrador Juan Bautista Duizeide, Sudamericana la editó con un nombre perfecto, que luego Salinger desautorizó, El cazador oculto . Pero la edición española ganó por ser más cercano al original, The catcher in the rye . Había nacido el 1 de enero de 1919 en Nueva York. Y no volvió a levantarse desde mayo pasado, cuando sufrió un pequeño ac

Dos poemas de María del Rosario Laverde

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María del Rosario Laverde nació en Bogotá y estudió literatura en la Universidad Nacional. Ha publicado poemas en Argentina, Venezuela, Perú y Colombia. Hace poco, en noviembre de 2009, ganó mención de honor en el concurso ¨Un mar de poesía para Meira¨, de Cereté, Córdoba. En 1995 hizo parte del Taller de Esceritores de la Universidad Central. Ha trabajado en traducción y recientemente comenzó a actuar en televisión. Hizo teatro en otra época. Reside en Bogotá. Otro lugar Ciudad habitada por almas aspirantes a suicidas por esperanzas falsamente recobradas abre tus puertas de hierro para que pueda escapar huyo tras el anonimato que me ha sido negado quiero no tomar una ducha de vez en cuando y rendirme cuentas solo a mí me sobran las explicaciones y los juicios no me bastan los eventos mediocres No necesito que me demuestres tu entrada al siglo XXI a punta de nuevas edificaciones solo permíteme comenzar en otra parte y dejar atrás cada uno de tus ladrillos hirientes. ALFONSINA Elijo el

Un minicuento de Andrés Elías Flórez B.

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EL OBSEQUIO DE UN BUEN ARGUMENTO Andrés Elías Flórez B. Andrés, el señor de la ventana de enfrente, me ha parado en el rellano de la escalera. Me ha insultado y hasta me ha retado a un duelo. Me ha dicho, de manera acalorada y a gritos: Que yo por qué soy escritor. Que entre a casa y vuelva a salir con los diplomas que me acreditan como tal. Que yo, un pobre diablo, que hasta sin corbata visto, y al cual él tiene que prestarle plata a diario qué iba a ser nada. (La gente se ha asomado por todos lados). Que qué escritor y qué ocho cuartos. Sinceramente, yo no encontraba qué responderle. Quise argumentar, en tono reposado, que lo era porque había algunos editores que se encargaban de editar, distribuir y vender mis libros. Y que había lectores que se ocupaban de leerlos y que ellos, a vuelta de correo, podrían certificar que yo era escritor. No encontraba o no me salían las palabras. Expresó, levantando la mano, un rotundo: ¡Qué va! Y dijo como hablando solo o con la gente que se reunía

Concurso de poesía de la U. Metropolitana

CONVOCATORIA DEL XIV CONCURSO NACIONAL METROPOLITANO DE POESIA UNIVERSIDAD METROPOLITANA,EXTENSION CULTURAL, DE BARRANQUILLA La Universidad Metropolitana, a través de su Extensión Cultural, convoca al XIV Concurso Nacional Metropolitano de Poesía: 1.- Pueden participar en este certamen todos los jóvenes noveles de nacionalidad colombiana. 2.- Los participantes deben enviar un mínimo de doce (12) poemas inéditos y un máximo de veinticuatro (24), de tema libre, en hoja tamaño carta, a doble espacio, a la siguiente dirección: Extensión Cultural - Universidad Metropolitana, Apartado Aéreo 50576, Barranquilla. 3.- Los poemas deberán enviarse en original y dos copias, firmados con seudónimo, anexando, en sobre separado, cerrado, breve ficha biográfica del autor con información del documento de identidad y su dirección. 4.- El premio tendrá un valor metálico de $800.000.oo (Ochocientos mil pesos m/l) y dado su carácter de estímulo a la creación literaria y promoción de la poesía e

Minicuentos de María Elena Lorenzín

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María Elena Lorenzín llegó a Australia en la década del 80. Había nacido en Argentina, en el interior, en Jáchal, San Juan. En la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza, estudió literatura. Y sacó su doctorado en la Universidad de Flinders, en Adelaide, Australia. Y allá sigue. Supe de ella por Tamara, que vive y estudia allá. Y lo que quiero decir es que cuando recibí el último de sus libros, Microsueños , que es un bello microlibro, editado en Chile (Ediciones Asterión), para mí fue una inmensa sorpresa. Es probable que ella esté en Colombia al finalizar este año, cuando celebremos el VI Encuento Internacional de Minificción. Estos son cuatro minicuentos de su libro mencionado: Frivolidades A Ángela Romero Pérez Ella está guardando sus cincuenta pares de zapatos, los ordena por colores, por años, por sueños rotos, por... La voz ronca a su espalda masculla, "me dejas por otro". Ella gira para responder, "no, querido, te dejo por tí". Los zapatos sólo esperan la

Un Puracé sin nieve en 2010

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El 1o. de enero de 2010, el Puracé (en la foto 1), como le decimos con confianza al volcán-nevado que vigila el occidente colombiano, entre los departamentos sureños del Cauca y el Huila, aparecía sin nieve. Un sol fuerte anegaba todo. Y desde la casa de la finca paterna, desde donde lo vemos cada vez que -desde hace 60 años- las nuebes lo permiten, echamos de menos la blancura brillante de su cabeza alegre. Esas montañas inmensas de los Andes han sido nuestros íconos -como lo confirmara José María Arguedas en su novela Los ríos profundos- , y sorprendieron nuestra infancia y no dejan de hacerlo en la madurez, como ahora que tocamos la nieve derretida del volcán Osorno (en las fotos 2 y 3), al pie del lago Yanquihue, en Puerto Varas, Chile. Los indios tuvieron la fortuna de adorar lo que veían, sin tener que recurrir a la fe para ver lo que uno no sabe si existe. Y las grandes montañas, el sol, la luna o un lago, fueron suficientemente vigorosos como para aturdir la mente y la sensibil