tag:blogger.com,1999:blog-77404454380075445682024-03-09T18:46:03.652-08:00Escribir como un locoISAÍAS PEÑA GUTIÉRREZIsaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.comBlogger550125tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-24117235444041931352024-03-08T08:39:00.000-08:002024-03-08T08:39:42.441-08:00BITÁCORA RIVERIANA (2). EXPEDICIÓN AL CORAZÓN DE RIVERA<p> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSRfytMD9W6QwNsbYBOumLql93J9kLXTs469lBr7Ckmla86Qzt5tTErocftMsEoDVJMwOF9H4A61Redx1GCl1Wfg8OtXG5_o2ZzdQSOgzD-ASD2QF2GimQfcRVs0FtGSvENphb0V2e1fsr0Mhuk35K4_hv8fKtjjkWnXm4LWNgivaqWwarx8OZ9dlPhU0/s4348/dETALLE,%20JER%20en%20Yavita,%201923.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4348" data-original-width="2448" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSRfytMD9W6QwNsbYBOumLql93J9kLXTs469lBr7Ckmla86Qzt5tTErocftMsEoDVJMwOF9H4A61Redx1GCl1Wfg8OtXG5_o2ZzdQSOgzD-ASD2QF2GimQfcRVs0FtGSvENphb0V2e1fsr0Mhuk35K4_hv8fKtjjkWnXm4LWNgivaqWwarx8OZ9dlPhU0/s320/dETALLE,%20JER%20en%20Yavita,%201923.jpg" width="180" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Rivera en Yavita, 1923</td></tr></tbody></table><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;">BITÁCORA RIVERIANA (2)</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm;"><b><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Expedición al corazón de Rivera<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Isaías Peña Gutiérrez<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Nació y murió en el
camino, corriendo, haciendo cosas, algunas grandes y peligrosas. Así fue José
Eustasio Rivera. Viajó a tantas partes que hoy, todavía, algunos niegan o se confunden
con esos itinerarios. Ayer, no más, un escritor amigo me negaba que Rivera
hubiera estado en Manaos, de paso, Amazonas abajo, para Belém do Pará. Por el
contrario, otros afirman que navegó por el río Caquetá, sin que haya ningún
testimonio. Aunque sí estuvo en Florencia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">De sus infinitos viajes -nunca paró, repito-, algunos se convirtieron en
expediciones. Porque no se puede calificar de otra manera su viaje, como
secretario jurídico de la Comisión Demarcadora de Límites con Venezuela, entre
septiembre de 1922 y octubre de 1923. Se pensó que sería un viaje corto, pero
los incumplimientos de los gobiernos para con la comisión, más las durezas
imprevistas en ríos y selvas, lo convirtió en la expedición que casi le cuesta
la vida al educador, abogado, político, diplomático, parlamentario,
investigador y escritor huilense. Subir y bajar por ríos fragorosos,
tumultuosos y salvajes, desde Bogotá se veía fácil. Subiendo el río Orinoco y
bajando el río Negro, constataron todo lo contrario. Y ese viaje se convirtió
en una expedición casi imposible para la comisión demarcadora, pero, por fortuna,
crucial para alguien que, como Rivera, en secreto, se convertía en la mejor manera
de continuar la escritura de la novela que un año atrás había comenzado en Sogamoso.
Allí, metido, hundido, pescando dorados sabrosos y fiebres palúdicas, descubrió
lo que era la verdadera Vorágine, con mayúscula, así quedó en el original, no
importa que la bajen ahora. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Y como esa es la única manera de leer <i>La Vorágine</i>, para no perder
tiempo en interpretaciones ligeras o profundas (oscuras, diría yo), y resulta la
mejor manera de llegar al corazón del autor, propongo que todos, gobernantes y
gobernados, repitamos esa expedición de José Eustasio a cien años de su primera
edición. Podríamos ir con un grupo de periodistas de radio y televisión, con unos
muchachos de 11 de bachillerato (que no vayan esta vez al Canadá o a Cancún), con
los que quieran y puedan ir, con apoyo del Ministerio de Comercio, Industria y
Turismo, y de los ministerios de educación y cultura, y, de paso, comencemos a
integrarnos al oriente de Colombia, por donde nace el sol.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Nos vamos por el río Magdalena, de Girardot a Barranquilla, fue la ruta
de Rivera, pasamos por encima de la Guajira, luego, Puerto Cabello y la Guaira,
en Venezuela, Puerto España, capital de Trinidad y Tobago. Nos acercamos a las
mil bocas del río Orinoco, entramos con Rivera y la comisión de límites, a la
Gran Sabana, en el Vapor Venezuela subimos, siempre por el Orinoco, hasta
Ciudad Bolívar (Angostura, sí, ahí fue el famoso Congreso), nos pasamos al
Vapor Arauca para poder llegar a Caicara y sobrepasar los raudales de San
Borja. Luego, con paciencia, entraremos a Puerto Carreño, confluencia del río
Meta en el Orinoco, tierra colombiana, seguimos subiendo los raudales de Atures
y Maipures, hasta llegar a San Fernando de Atabapo. Allí donde confluyen los ríos
del mundo entero, nuestra Estrella Fluvial del Oriente: Orinoco, Atabapo,
Guaviare, Inírida. Allí esperamos un poco: ¿Cómo fue la masacre del coronel
Tomás Funes? “Funes es un sistema, un estado de alma, es la sed del oro, es la
envidia sórdida”. Allí abandonamos el viaje y comenzamos la expedición (que ya
lo ha sido). Yavita, Maroa, Victorino, ¿es Venezuela, es Colombia? Minicia,
Cariche, El Gallo, Solano, Casiquiare, San Carlos. Allí nos contarán cómo fue
la venta de los 72 colombianos por Julio Barrera a Miguel Pezil, los de verdad,
no los del mito y ya no duelen -dijo Rivera-, y bajaremos por el Guainía
convertido en río Negro, ¿Brasil, Colombia, o viceversa?, avistaremos la bella
Piedra del Cocuy, y pasaremos a Carapaná, confluencia de los ríos Negro y
Vaupés, siempre lo escriben mal en los mapas, donde Leonidas Norzagaray talaba
bosques de balata a la lata, con la anuencia del estado. La expedición al
corazón de la selva pasa por San Gabriel, Umarituba, San José, Santa Isabel, y
seguimos en el Vapor Inca hasta llegar a Manaos, donde preguntaremos en el
consulado por la suerte de los caucheros de la Casa Arana, de pronto saben
algo, y saldremos, río Amazonas abajo, tan bello, inmenso y secreto, a Belém do
Pará, para subir, de nuevo, a Puerto España, en Trinidad y Tobago. La
expedición al corazón de Rivera comienza a cerrar su inmenso e insospechado
ciclo. Volvamos a Barranquilla, Girardot y Bogotá. Cansados y satisfechos, ya
podrán entender la vorágine de <i>La Vorágine</i>. La otra Colombia, los otros
vecinos, los mismos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La expedición de Rivera y sus compañeros (no todos, sólo Rivera y
Escobar regresaron por Brasil) duró un año y dos meses, del 9 de septiembre de
1922 al 12 de octubre de 1923. Difícil demarcar límites sin las herramientas
necesarias, abandonados por los gobiernos de turno, pero José Eustasio y
Melitón Escobar lo hicieron. Tacho (Eustasio) quería denunciar muertes y atropellos y
terminar la novela. Hoy, esa expedición podría ser una soberbia clase de
historia y geografía en un país marcado por la falta de memoria y que busca rescatar sus fronteras.<o:p></o:p></span></p>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-15687253165268301752024-02-27T09:07:00.000-08:002024-02-27T09:07:57.752-08:00BITÁCORA RIVERIANA (1). EDUARDO NEALE-SILVA<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuEXQxm4rvoV-b5OQ3-RJs2c2va5OhADsuTo2h4q7b9bj0-zBkED6rd8U2FkfV9YsgYidOcOEDk86WqxzbV_sr7yZdzEqhlaJC_udBTA9V8XCHXxcgJ95jxHmTzDtBOEe38oEI3O3TxuAZOvmjP6aBcqC8Sb3gwlYqQSaSo_9x69AIEBI4RhLDxqjwwnE/s313/Eduardo%20Neale-Silva,%200507000821-l.jpg%20(2).jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="313" data-original-width="260" height="312" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuEXQxm4rvoV-b5OQ3-RJs2c2va5OhADsuTo2h4q7b9bj0-zBkED6rd8U2FkfV9YsgYidOcOEDk86WqxzbV_sr7yZdzEqhlaJC_udBTA9V8XCHXxcgJ95jxHmTzDtBOEe38oEI3O3TxuAZOvmjP6aBcqC8Sb3gwlYqQSaSo_9x69AIEBI4RhLDxqjwwnE/w260-h312/Eduardo%20Neale-Silva,%200507000821-l.jpg%20(2).jpg" width="260" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">BITÁCORA RIVERIANA (1)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Sobre Eduardo Neale-Silva<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La historia literaria
suele ser injusta e ingrata con los escritores que se dedican a preservar la
memoria de otras personas. Nadie recuerda sus nombres y si pasaron por alguna
universidad, el olvido los cobija, fácilmente. Lo he comprobado con Eduardo
Neal-Silva, el único biógrafo, hasta ahora, de José Eustasio Rivera.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Guardo un par de cartas suyas, de
cuando, hace un poco más de 35 años, quisimos (el Departamento del Huila)
traerlo a Colombia para el primer centenario del nacimiento de José Eustasio
Rivera (1888-1988), a quien él le dedicó varios lustros de investigación hasta
publicar la extensa y única, repito, biografía, <i>Horizonte humano. Vida de
José Eustasio Rivera</i>. Fue imposible que viniera porque ya no resistía la
altura de Bogotá.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">La biografía sobre Rivera debía ser continuada, como lo dice Neale-Silva
en la “Introducción”, pero no ha sido escuchado. En 19141 recibió el apoyo de
una beca de la Fundación Guggenheim de Nueva York y duró en terminar la
biografía dos décadas. Recogió testimonios en Colombia y en Estados Unidos,
intercambió correspondencia sobre el tema, revisó la prensa de más de medio siglo.
Y su investigación, que se lee, a veces, como una novela, fue editada en inglés
y español en 1960. La versión nuestra apareció en el Fondo de Cultura Económica
de México.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Dicen el internet y algunas
instituciones que Eduardo Neale-Silva nació en Talca, centro de Chile, en 1905,
y murió en Madison, Wisconsin, Estados Unidos, en 1989. Después de haber
estudiado lenguas en Santiago de Chile, había pasado, siendo muy joven, a la
Universidad de Wisconsin, cerca de los fríos lagos del norte, donde trabajó el
resto de su vida como profesor e investigador literario. Publicó varios libros,
otro dedicado a César Vallejo, pero el grande fue el de Rivera Salas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La biografía está dedicada a “A
Colombia, gran nación, cuna de héroes, ciudadanos y letrados”. Sin embargo,
Colombia, es decir, sus gobernantes y gentes, nunca se dieron cuenta. No sé si
la familia Rivera Salas, tampoco, porque Jaime Zuluaga, el más cercano, por
entonces, a la familia, creo que nunca ha dicho nada. En mi caso, lo he leído y
releído, subrayado y resaltado a distintos colores, lo he fotocopiado y regalado
empastado en épocas en que no se consigue. Hace dos meses, Alberto Moreno,
escritor laboyano, me hizo llegar una copia digitalizada, tomada del original
de 1960, distinta a la de tapa ilustrada con la foto de Rivera y una orquídea
abajo a la izquierda, de 1986.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Leí la biografía <i>Horizonte Humano. Vida de José Eustasio Rivera</i> durante
un año entero, en 1987, con el cuidado de quien quiere sacar de allí lo
esencial -siendo esencial todo en Rivera-, y así escribí una especie de guion
literario que publiqué con el título de <i>Breve historia de José Eustasio
Rivera</i>, para que nadie se quedara sin conocer la intensa, brillante y
ejemplar vida literaria y política (casi siempre desconocida) de Rivera. La
única manera, además, de entender <i>La Vorágine</i>. Y porque leer las 500
páginas de Neale-Silva, aunque es lo ideal (siempre lo aconsejo), no lo puede
hacer un estudiante repleto de tareas y menos el profesor que agota el día
llenando cuadritos de control. Sin Neale-Silva no hubiera escrito yo mi breve historia
de Rivera. La misma, aumentada con datos investigados luego de la muerte del
chileno, que publicará el Ministerio de Cultura dentro de poco, con un paginaje
que parece una novela corta. Humilde homenaje a Neale-Silva y a Rivera, el
expedicionario de ríos y selvas que marcó límites en todos los sentidos<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-CO" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b>CODA.</b> ¿En dónde está el archivo
que Eduardo Neale-Silva utilizó para la escritura de su biografía sobre José
Eustasio Rivera? ¿Lo tiene la Universidad de Wisconsin? ¿Podría el Ministerio
de Cultura, en cabeza de Juan David Correa, recuperarlo? Ese archivo debiera
ser la primera pieza del Centro de Documentación J. E. Rivera, por fundar en
Bogotá, Neiva o Rivera. O donde sea. <o:p></o:p></span></p>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-57116337886832550752023-10-03T19:35:00.000-07:002023-10-03T19:35:07.593-07:00Fiesta del Libro de Villavicencio, 2023<p> </p><p><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJTWA-TcRBl1-QmaynGhps3fssMBCtPSutkmrNnuGmPpVP6KHCcWTmoHLEam2LmmQx2q0oeLCseA5Ooau85QoOEf_TF8x3ZoNHMnIQV4NfCFdUdhW4qW6k38UwFlr2Pz59WLOjj4wAiUS1QxZp6t3qUa-_q2P7mMCv1bPHZRTt6IYbql7D7y0jqx3mZyo/s4640/IMG_20230930_143151724_HDR.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4640" data-original-width="3472" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJTWA-TcRBl1-QmaynGhps3fssMBCtPSutkmrNnuGmPpVP6KHCcWTmoHLEam2LmmQx2q0oeLCseA5Ooau85QoOEf_TF8x3ZoNHMnIQV4NfCFdUdhW4qW6k38UwFlr2Pz59WLOjj4wAiUS1QxZp6t3qUa-_q2P7mMCv1bPHZRTt6IYbql7D7y0jqx3mZyo/s320/IMG_20230930_143151724_HDR.jpg" width="239" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Jaime Fernández Molano</td></tr></tbody></table><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">Entre los fenómenos culturales de los últimos cuarenta años, algo así,
encontramos el crecimiento entusiasta de las llamadas ferias del libro, que
algunos han bautizado de otras maneras, fiestas, encuentros, o palabras
compuestas como Filvorágine, la que se realizará en la primera semana de
noviembre en Neiva, un abreboca al centenario de la primera edición de la
novela de José Eustasio Rivera, o como la Filvi23, la Fiesta del Libro de
Villavicencio, que acaba de pasar entre el 26 de septiembre y el 1 de octubre
de 2023, bajo la dirección del escritor y director de la Fundación Entreletras,
Jaime Fernández Molano, poeta y narrador, gestor cultural del Meta y oriente llanero desde el siglo pasado.</span></p><p></p><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOd9qWs4ZJkiXOHyMW8C7rSHbcyn1oKgDFW9JaM5sI3oL3N7pwzuwCyL6WUi1U48Q5WaBDKynvsGAnxm0TI6y4XvzEgk8GBVm4Qatx0sEXxBK5yxBJqOkMxN9qfUC47oK66EPjQFv_9oyITA3CgJTRdgsmGbVEqacMaeuiMbHG34IeNVL_gv1L1qiHsFU/s1024/IMG-20231002-WA0029.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="768" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOd9qWs4ZJkiXOHyMW8C7rSHbcyn1oKgDFW9JaM5sI3oL3N7pwzuwCyL6WUi1U48Q5WaBDKynvsGAnxm0TI6y4XvzEgk8GBVm4Qatx0sEXxBK5yxBJqOkMxN9qfUC47oK66EPjQFv_9oyITA3CgJTRdgsmGbVEqacMaeuiMbHG34IeNVL_gv1L1qiHsFU/s320/IMG-20231002-WA0029.jpg" width="240" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Con Pedro Badrán y Jaime Fernández,<br />en Carpa Cultural de Los Fundadores</td></tr></tbody></table><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"><span> </span>La nómina de escritores y
artistas, varios cantautores internacionales, invitados al evento, que tuvo
como sede al Parque Fundadores y otros recintos culturales de la inmensa ciudad
que es hoy Villavo, lo dice todo. Trato de hacer
la lista y corro el riesgo de dejar a muchos por fuera: Maestro Hugo Mantilla
Trejos, escritor e investigador, a quien se le dedicó el evento, Rocío Reina,
Mauricio Torres, Carlos Arturo González, Nayib Camacho, Gonzalo guillén, León
Valencia, Hernando Cabarcas, Cilia Gálvez, Miguel García, Nancy Espinel, Marcela
González, Nicole Mikly, Germán Portela, Esmeralda Moreno, Wilson Duarte,
Zoraida rojas, David romero, Gregorio Villamil, Martha Valencia, Henry
Benjumea, Óscar Godoy, José Zuleta, Esteban Carlos Mejía, Guido Tamayo, Juan
David Botero, Adriana Cortés, Triunfo Arciniegas, Octavio Escobar Giraldo,
Yaremis Pérez, Mónica Montes, Pilar Lozano, Celso Román, Luisa Noguera Arrieta,
Saúl Gómez Mantilla, Haver Carvajal, Adriana Cortés, Juan Felipe Harman Ortiz
(Alcalde de Villavo), Vivian Agudelo, Alberto Baquero, Patricia Mantilla, David
Parales Fernando Cabrera, Yormary Rincón Parra, Silvino Villalba Cruz, Edwin
González, Orlando Peña, Jazmín León, Ángela Peña Barragán, Urpi Barco, Amanda
Durán, Benjamín Chávez, Camila Peña, Xavier Oquendo, Federico Díaz Granados,
Pedro Guerra, Fernando Cabrera, Andrés Correa, Cavito Mendoza, Roberto Camargo,
Victoria Sur, Ramón Cote Baraibar, Juan Felipe robledo, Catalina González, Luz
Mary Giraldo, Pedro Badrán, Myriam Vanegas, Darqui Lusai Torres, José Gregorio
Villamil, Yesenia Gaitán, Dartagnan, Mauro Castillo, Diana Carol Forero,
Margarita Rodríguez, Omar Valiño Cedré (director de laBiblioteca Nacional de Cuba), Tatiana
Duplat, Daniel Martín Subiaut, Claudia Morales, Carlos Satizábal (director de
Tramaluna Teatro). </span><p></p><p><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;"><span> </span>Es una lista impresionante. I</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;">nternacional, nacional y local de escritores y
artistas de la música, el teatro y la pintura. Poetas, narradores, docentes,
talleristas, profesores de literatura infantil, etc., una gama inmensa que
cubre todos los espectros. Con sedes culturales en los parques, universidades e
institutos</span></p><p><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>La Alcaldía de Villavicencio ha dado un salto grande en la búsqueda de
horizontes más amplios para la cultura de su gente. Creo que las grandes
editoriales no aportan, todavía, como debieran hacerlo, pero el libro, de todos modos, se
abre paso a golpe de fuertes aletazos de garzas y alcaravanes. Que lo diga el
maestro Hugo Mantilla Trejos y todos quienes atestiguamos estos nuevos y
grandes vientos.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Arial;"><o:p> </o:p></span></p>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-82380680901441049752022-10-28T17:31:00.001-07:002022-10-28T17:31:26.201-07:0050 años de Pijao Editores<p> <span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">Del 7 al 10 de septiembre de 2022, escritores de España, Estados
Unidos y</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQdZWt9tS3HseeDdbLUIZEdGAeqmML6axb_PDVxXNdRNVNXf2LvPJvXtd6X1m77c7O-a9dq9ZdquLsqO6hzYAakp-kQv7zof9XiEZ7PmpBsbmGLJiJdrFsPUU1CBBcXHUFKmLfzTL31__a8OhZPk-XamqZyFaSgBLp6L9dP2ij8Ya2Liojy9nHZokT/s2823/Pijao%203.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2823" data-original-width="1998" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQdZWt9tS3HseeDdbLUIZEdGAeqmML6axb_PDVxXNdRNVNXf2LvPJvXtd6X1m77c7O-a9dq9ZdquLsqO6hzYAakp-kQv7zof9XiEZ7PmpBsbmGLJiJdrFsPUU1CBBcXHUFKmLfzTL31__a8OhZPk-XamqZyFaSgBLp6L9dP2ij8Ya2Liojy9nHZokT/s320/Pijao%203.jpg" width="226" /></a></div>Colombia se reunieron para celebrar los 50 años de Pijao Editores, fundada en Ibagué en 1972. <span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">La historia la contó Jorge Eliécer Pardo Rodríguez, uno
de sus fundadores en la inauguración del Encuentro Internacional de
Colombianistas “Pijao Editores 50 años”, en la Sala Alberto Castilla del
Conservatorio del Tolima, Ibagué. Él, con su hermano Carlos Orlando, narrador,
ensayista, gestor cultural y editor, crearon esa empresa cultural que, contra
viento y marea, ha salido adelante y ya comenzaron otro medio siglo de
ediciones. Además, en esos tres días de ponencias, conferencias, mesas redondas
y conciertos musicales, quedó sentado cómo han logrado establecer redes
culturales, académicas y literarias, en Ibagué, a nivel nacional e
internacional. </span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;"><span> </span>Cincuenta años se celebrarían con cincuenta libros. Hablar de
todos ellos es casi imposible. Y de cada uno de los que circularon por los días
del encuentro se debería escribir siquiera un artículo, pero no todos los tiempos
son condensables como las páginas de un libro. Por lo pronto, reseño algunos de
ellos, sin dejar de advertir que son de bellas tapas y muy bien editados.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJIxolnQ8xtTgUfgZEm614rorHfSpPwEFvweNvjzkbJp18O1_ll8dydsIH8VG7d11lXo2FZFHfkp_4GWljwSmqN-FOXvVO7awQN0L_gaitYOEFK3Y79MgU1pwvGbR2nuhi9xHRvR9GGnjOuBOhMFrZ1uYAWUCjJPylz5RHYSRWl7DS4mVNkGCkrRqT/s2819/Pijao%202.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2819" data-original-width="2006" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJIxolnQ8xtTgUfgZEm614rorHfSpPwEFvweNvjzkbJp18O1_ll8dydsIH8VG7d11lXo2FZFHfkp_4GWljwSmqN-FOXvVO7awQN0L_gaitYOEFK3Y79MgU1pwvGbR2nuhi9xHRvR9GGnjOuBOhMFrZ1uYAWUCjJPylz5RHYSRWl7DS4mVNkGCkrRqT/s320/Pijao%202.jpg" width="228" /></a></div><br /><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;">En la Colección Estudios Literarios aparecen dos volúmenes
dedicados a Jorge Eliécer Pardo: una excelente biografía del escritor y
académico español, Manuel Neila, titulada </span><b style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;"><i>La memoria herida</i></b><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;">, que
estudia, entre otras obras, la saga de las cinco novelas sobre la historia de
Colombia que escribió Jorge Eliécer, en los últimos 25 años, bajo el título de </span><i style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;">El
quinteto de la frágil memoria</i><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;">; y la compilación de ensayos, de diez autores,
sobre toda la obra narrativa de Jorge Eliécer, editada con el título de </span><i style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;">La
estética del horror</i><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;">.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En esa misma colección aparece un volumen dedicado a Héctor
Sánchez (Guamo, 1939-2018), <b><i>La literatura como causa suprema</i></b><i>, <b>Estudios
literarios sobre la narrativa de Héctor Sánchez</b></i>, con la participación
de diez ensayistas compilados por Carlos Orlando Pardo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Algunas novelas y cuentos:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><b><i>El libro secreto de Milton Wholman</i></b>, un
manuscrito de los años 80 que su autor, Benhur Sánchez Suárez, rescata para
publicar por primera vez, con una estructura que explora la fragmentación de la
memoria;</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzVGRoCHaAIcnmSzN3Bya4VQEe1RhmSZyQ3538pHpUPkZ88cKhh-JXK7zQjOSHYDpzDMdRZKWuFdsP-b0_leMzorJLar9G35OW0qyry4B45lSeV0YUvKa1pv4hE_xagdo5hgxSFRLIKZBuSIftgLA76xfolbu7Uy2TF79rkZkUtz-UGC6Ks4FFk2MW/s2456/Pijao%201.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2456" data-original-width="1640" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzVGRoCHaAIcnmSzN3Bya4VQEe1RhmSZyQ3538pHpUPkZ88cKhh-JXK7zQjOSHYDpzDMdRZKWuFdsP-b0_leMzorJLar9G35OW0qyry4B45lSeV0YUvKa1pv4hE_xagdo5hgxSFRLIKZBuSIftgLA76xfolbu7Uy2TF79rkZkUtz-UGC6Ks4FFk2MW/s320/Pijao%201.jpg" width="214" /></a></div><br /><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Las noches de la espera</span></i></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">, de Carlos Orlando
Pardo, también, nueva novela suya, obra de madurez, muy bien escrita, síntesis
de lo viejo y nuevo de la violencia colombiana, con intimidades que servirían
para allanar el camino a la paz total;<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">La Catalana</span></i></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">, novela corta de Mariela Zuluaga,
escrita con una beca concedida en el centenario del nacimiento de Manuel Zapata
Olivella (2020) y que cuenta -rescata y reivindica- la vida de Rosa Bosch, la mujer
que abandonó su país para venirse a Colombia enamorado de Manuel y, sin quien,
él no hubiera hecho nada;<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">La intrusa</span></i></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">, siete cuentos de la profesora
universitaria (de allí provienen algunas de sus temas y argumentos), ensayista,
novelista y cuentista destacada, Cecilia Caicedo Jurado, que nos harían pensar
en muchos cuentos más;<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">El peso de todas las muertes</span></i></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">, novela de Fernando
Giraldo Palacio, con nota de solapa de Jorge Eliécer Pardo: “Un hombre
atormentado carga, en sus hombros, la muerte de un amigo, se cree culpable del
triste suceso”;<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">La lanza de Calarcá</span></i></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">, del arquitecto y
profesor de la Universidad del Tolima, Andrés Francel. “Una novela en la que la
historia, la ficción y la memoria se confunden”. Francel aparece como una nueva
voz de la literatura tolimense.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpK4QW6zSIz6dxaJXgcz-dCucE9xanvi6GV-5XXSKuACpJplPgG6C_K6oPj9LOmcT_ehoBEonAf74Wa3LFfvdooncYqAz4WQZ8-6T9zqczR3HJAgbKR7WB6l9ypRUpRU_kJyZnGIjnzIVbva2bsrke-ddRgocexx4Wj4591xs3JjyGCKyOq3sUpaZg/s2826/Pijao%204.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2826" data-original-width="1978" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpK4QW6zSIz6dxaJXgcz-dCucE9xanvi6GV-5XXSKuACpJplPgG6C_K6oPj9LOmcT_ehoBEonAf74Wa3LFfvdooncYqAz4WQZ8-6T9zqczR3HJAgbKR7WB6l9ypRUpRU_kJyZnGIjnzIVbva2bsrke-ddRgocexx4Wj4591xs3JjyGCKyOq3sUpaZg/s320/Pijao%204.jpg" width="224" /></a></div><br /><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b><i><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Las otras palabras</span></i></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">, título que parodia el
nombre del primer volumen que publicaron, hace 50 años, Carlos Orlando Y Jorge
Eliécer Pardo Rodríguez, <b><i>Las primeras palabras</i></b>, cuando se
bautizaron como escritores. En esta ocasión, hicieron una especie de antología
de las producciones narrativas posteriores a 1972, un bello volumen de 294
páginas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Poco a poco irán circulando por el país y por el mundo estos libros que
enriquecen, desde la capital musical de Colombia, el patrimonio literario
nacional. En la próxima reseña hablaremos de otros libros, entre ellos, los de poesía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-73547509699727856552022-10-26T14:53:00.002-07:002022-10-26T14:53:47.375-07:00A veces llegan libros (4)<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnjb9BEQUu_VXu11mNL-TUx5v61M0hP_7I2oeQfvoz--30b8CowlrjQVDqEZnvtnjiDdv_nxAtxiEmTpuZWnp8Sb1at1UdfPmJ7PdOTODk2wt8Ya3WcuyGlh3XqMGC0NHW33AXm8sIfrr4n-0OU91x6LF7Fz5chqjoT5WL5kPDyNOYBQee-HXz7ouC/s2460/Jaime%20Fern%C3%A1ndez.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2460" data-original-width="1647" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnjb9BEQUu_VXu11mNL-TUx5v61M0hP_7I2oeQfvoz--30b8CowlrjQVDqEZnvtnjiDdv_nxAtxiEmTpuZWnp8Sb1at1UdfPmJ7PdOTODk2wt8Ya3WcuyGlh3XqMGC0NHW33AXm8sIfrr4n-0OU91x6LF7Fz5chqjoT5WL5kPDyNOYBQee-HXz7ouC/s320/Jaime%20Fern%C3%A1ndez.jpg" width="214" /></a></div><span style="font-family: verdana;">Hace un par de meses pasamos por la casona, El Aleph, que tiene en el pie
de monte llanero, en Restrepo, Meta, el escritor Jaime Fernández Molano. Además
de poeta y narrador y periodista y gestor cultural, Jaime es editor. Con su
sello Entreletras (Villavicencio, Meta) le ha dado salida a nuevos y viejos
autores del oriente colombiano. Estos son algunos de sus últimos títulos:<o:p></o:p></span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><b><i><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">El hombre que se
mece. Historias mínimas</span></i></b><span lang="ES" style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;">, de Jaime Fernández
Molano, 2019.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Son 40 viñetas, minificciones, poemas, minicuentos, textos muy bien
concebidos, narrados y con gran sentido poético. Como este “Secreto”, que
transcribo:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> “El zorro susurra al oído del búho y ambos huyen. Nadie sabe
qué le dijo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> -Solo la noche conoce el secreto -dice alguien, mientras un
aullido rompe el silencio y un leve aleteo sacude el brillo de la Luna.”<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> El libro tiene como epílogos cuatro comentarios de Carlos
Castillo, Arturo Guerrero, Nayib Camacho y Henry Benjumea.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Continuidad del
horizonte, Selección de textos narrativos de escritores del Meta</span></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">, Comp. de Nayib Camacho, 2020, 140 pp.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> Son 36 cuentos de egresados del Taller de Escritores
Entreletras, que ha tenido como directores a Jaime Fernández Molano, Henry
Benjumea y Nayib Camacho, por más de cuatro décadas. Un semillero de escritores
que siempre ha tenido la continuidad del horizonte, permanece y siguen
trabajando para narrar sus historias, que se leen en libros como este.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Todos los lugares, toda
la luz. Antología poética</span></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">, Comp. de Jaime
Fernández Molano y Fernando Linero, 2022, 146 pp.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiP0VnZkOmaOHAas6XBqSvo6o7Ud8o3GUTR0ZxfzTyotYFQoyTbS9OQBKEnAQKoWVABsYtYbADoCetGQoHZs0EtKXEBdTU4_wIVGo2ObrQgokvKaxTdD2CozKIQCbr6iCEjtdj6_UtMN4SrMUzO1V06x405-zh1XSnu6cuns6jyZWl8MDEHXobg63rK/s2850/Todos%20los%20lugares.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2850" data-original-width="1872" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiP0VnZkOmaOHAas6XBqSvo6o7Ud8o3GUTR0ZxfzTyotYFQoyTbS9OQBKEnAQKoWVABsYtYbADoCetGQoHZs0EtKXEBdTU4_wIVGo2ObrQgokvKaxTdD2CozKIQCbr6iCEjtdj6_UtMN4SrMUzO1V06x405-zh1XSnu6cuns6jyZWl8MDEHXobg63rK/s320/Todos%20los%20lugares.jpg" width="210" /></a></div><br /><o:p></o:p><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;"> Necesaria antología de poesía de autores que, de alguna
manera, vivieron el Taller de Escritores Entreletras: Olga Malaver, Henry
Benjumea Yepes, José Vicente Casadiego, Nayib Camacho, Jaime Fernández Molano,
Darío Sánchez Carballo y Laura Isabel Ramos.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> Fernando Linero dice en el prólogo que ellos son los
guardines de la utopía, de la luz, de todos los rincones, como en el Aleph.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Los cuadernos de
Chicuaco, Poemas y canciones llaneras</span></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">, de José Manuel
Torres Ramírez (Chicuaco), 2021, 64 pp.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Como dice Jhon Moreno en
el prólogo al libro, “son cantos de arreo, cantos de ordeño y cantos de vela
que, además, son enriquecidos con lo sonoro a través de la voz de su propio
autor”.<o:p></o:p></span></p><p>
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"> Siempre
los libros de Entreletras traen un sello estético que los distingue.</span></p>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-84871048668700851892022-05-31T19:40:00.003-07:002022-05-31T19:40:47.534-07:00A veces, llegan libros (3)<p style="text-align: left;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtRvFogyjfeydqxnKV_ZAD7SfkxeXum1TafpP3JBYD2Lvh2i85GfwDtKvmSsU3FiVlRe-mWR_9_wl8GJk1PyHP2yyBs0gD2oexpqsxWUv25WWtqYMS6EQvHj1THAX2TmaUVzvZjFIrDaIcp2rqoOPcbxJQqGcZJntvBHz0VlEI0M4C0wmA6QT5Uw2x/s3811/%C3%93scar%20Hern%C3%A1ndez.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="3811" data-original-width="2638" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtRvFogyjfeydqxnKV_ZAD7SfkxeXum1TafpP3JBYD2Lvh2i85GfwDtKvmSsU3FiVlRe-mWR_9_wl8GJk1PyHP2yyBs0gD2oexpqsxWUv25WWtqYMS6EQvHj1THAX2TmaUVzvZjFIrDaIcp2rqoOPcbxJQqGcZJntvBHz0VlEI0M4C0wmA6QT5Uw2x/w222-h320/%C3%93scar%20Hern%C3%A1ndez.jpg" width="222" /></a></div><i style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">POESÍA LETRA A LETRA</span></i><span lang="ES" style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">: En esta cálida y cuidada colección de poesía, <b><i>Poesía letra a letra</i>,</b>
que <b>Luz Eugenia Sierra</b> dirige desde hace unos siete años, han aparecido más de
20 cuadernos, que uno recuerda por su fondo negro y sus títulos enmarcados en
blanco y a color, diseño de Óscar Pinto Siabatto. Repaso algunos de ellos
(entre 60-70 páginas): No. 5, <i><b>Casa sin puertas</b> </i>(2016), del gran poeta y
narrador antioqueño, <b>Óscar Hernández Monsalve</b>, quien muriera al año siguiente
de esta publicación; No. 6, <i>Doctor Kafka</i> (2015), cuyos originales
reposan ya en la Universidad de Princenton; No. 7, <i>Shir. Canto en el umbral </i>(2016)<i>,
</i>de la poeta barranquillera Mónica Gontovnik; No. 8, <i>Después de la
lluvia, los árboles lloran </i>(1916), de Melibea, poeta bogotana nacida de los
poetas Fernando Garavito y María Mercedes Carranza; No. 9, <i>Casa que respira</i>
(2016), del poeta, profesor, novelista, ensayista, Samuel Jaramillo González;
No. 22, <i>Aviso de la casa </i>(2022), del poeta, profesor y ensayista
nariñense, Mario Eraso Belalcázar, con prólogo de John Galán Casanova, presentado
en la pasada Feria Internacional del Libro de Bogotá. Fuera de colección, en
alianza con Milcíades Arévalo y su Sociedad de la Imaginación, 210 páginas: <i>Raúl
Gómez Jattin. Entrevistas, evocaciones & 7 poemas inéditos.</i></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicNbYfF4IravbcNzS6xJogaLhzQcmxwaGIEqw26fNHFPqBcGX8S3e7fvatd-Chk858hgOKj4qpbXqdGuQOnDh8frTyPEKcZL7F3melVCGl4kuDkW-B4u5PFhTgyN9kLkNAGz7h2C0R9_inltDmLdlIOe9DtPGTqDz7TG1LKdFBvSR4R5B5IexZsPIJ/s3222/Selnich%20Vivas.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="3222" data-original-width="2155" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicNbYfF4IravbcNzS6xJogaLhzQcmxwaGIEqw26fNHFPqBcGX8S3e7fvatd-Chk858hgOKj4qpbXqdGuQOnDh8frTyPEKcZL7F3melVCGl4kuDkW-B4u5PFhTgyN9kLkNAGz7h2C0R9_inltDmLdlIOe9DtPGTqDz7TG1LKdFBvSR4R5B5IexZsPIJ/w134-h200/Selnich%20Vivas.jpg" width="134" /></a></div><b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Selnich Vivas Hurtado</span></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> vuelve a la poesía en su libro bilingüe <b><i>Déjanos encontrar las palabras</i>,</b>
que es la misma frase, en alemán, Las uns die Worte finden que le dijo la poeta
Ingeborg Bachmann a Paul Celan el 18 de noviembre de 1959. “De ese conjuro”,
dice Selnich Vivas, “en dos idiomas, entre el vacío y la incomunicación, nace
este poemario, a la vez epistolario, que escucha y posterga el suicidio”.
Excelente edición a cargo de Abisinia Editorial (Buenos Aires) y Escarabajo
Editorial (Bogotá). Selnich Vivas es Premio Nacional de Poesía en 2011 y
trabaja con la Universidad de Antioquia.<o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Creo que, no lo dice la
solapa, es el primer libro de <b>Diana Ma. Vega Reyes</b> (Bogotá, 1978). Se
llama <i><b>Niños que vuelan</b></i> (20221), no es una metáfora, sino aquellos que
vuelan en las pistas de patines. Pero es la manera como atrapa la naturaleza en
sus versos lo que atrae de este volumen. Lo publica Trilce Editores. Y lo
respaldan Catalina Villegas, Henry Alexander Gómez y John Jairo Junieles.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Eugenia Sánchez Nieto</span></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">,<b> <i>Los gestos escogidos</i></b>, publicado el año pasado en la Colección
Zenócrate, que dirige Fernando Denis en la Editorial Uniediciones de Bogotá.
Imagen de portada del pintor Fernando Linero. Prólogo de Sonia Truque. Nuevo
libro de Yuyín, presentado en la Feria del Libro 2022.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjexQ1BWPbvCWS3a3P0zghIKE1INb7jw7eO76PTxUzr55ztaRC-ii36_YQZW2U8FOZaEeEtbE1_8W_AF2oyi_1fT4kgOzZ-BpsOKaMhjnPSLvtkGzSwMkcISpn1QvaUrBE141XXREhUDvrBIxMwL8xgaUjIgEojWqHCMLfCDnTAHq6pLGDYgOX4cFsK/s3285/Jos%C3%A9%20Luis%20D%C3%ADaz%20Granados.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="3285" data-original-width="2181" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjexQ1BWPbvCWS3a3P0zghIKE1INb7jw7eO76PTxUzr55ztaRC-ii36_YQZW2U8FOZaEeEtbE1_8W_AF2oyi_1fT4kgOzZ-BpsOKaMhjnPSLvtkGzSwMkcISpn1QvaUrBE141XXREhUDvrBIxMwL8xgaUjIgEojWqHCMLfCDnTAHq6pLGDYgOX4cFsK/w133-h200/Jos%C3%A9%20Luis%20D%C3%ADaz%20Granados.jpg" width="133" /></a></div><b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">José Luis Díaz Granados</span></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> lanzó en la Feria del Libro de Bogotá, bajo el sello de Común Presencia
Editores, su volumen de poemas <i><b>Ancoraje </b></i>(2020), con la duda de si son
imágenes, metáforas o sueños, y va del “Rondó de la niña sola”, pasando por su
famoso “En un bar frente a la mar océano” para cerrar en su necesario
“Estancias de una ausencia”, su Gladys Siabato Fernández. Una rica antología de
la década del 2010-2020.<o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">En la colección de
poesía <b>Un libro por centavos</b>, de la Universidad Externado de Colombia,
en el No. 174, <b>Juan Carlos Acevedo</b> (Manizales, 1973) publicó su octavo
libro de poesía con el título de <i><b>La casa en el invierno</b></i> (2020). Allí les
recomiendo el poema “Fantasma del viento”: La vida sin la ciudad y a pesar de
ella. Es una buena selección de quien ha sido, varias veces, premio nacional de
poesía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Luz Mary Giraldo y
Hernando Urrutia presentan el primer libro de poemas del narrador y ensayista
bogotano <b>Nelson Ricardo Amaya Espitia</b>, titulado <i><b>Al socaire del olvido</b></i>
(Ediciones Cometa Global Cooperativa, 2022). “Palabras y más palabras”,
“Temblor de selva”, “Aceras” y “En silencio”, son las secciones en que divide
su libro.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Fernando Gutiérrez</span></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"> (Bogotá, 1963), profesor universitario, poeta, ensayista, guionista audiovisual, contó en un libro de poemas, <i><b>Corazón de vientre</b></i>
(2019), una historia dolorosa e íntima que se revela en su título.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8SKWRll-YGehAMZnp840e7ZWHDyQr8v6s_YRrka7RKPB2MEIceJ7XWjTAKyQpeP_DvrELsEtsueJ6-Sl2eauJFrip1fo3D1jkbNfWauEHeWtkTQgWiNyfCPCwrQ30jmBMnIx-CNnNkHTv_t1r59yxOPuXY8FYxaINXW1-2SIhVskipFcTtgixT1xJ/s3401/Diego%20Santamar%C3%ADa.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; display: inline !important; float: right; font-size: 12pt; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="3401" data-original-width="2212" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8SKWRll-YGehAMZnp840e7ZWHDyQr8v6s_YRrka7RKPB2MEIceJ7XWjTAKyQpeP_DvrELsEtsueJ6-Sl2eauJFrip1fo3D1jkbNfWauEHeWtkTQgWiNyfCPCwrQ30jmBMnIx-CNnNkHTv_t1r59yxOPuXY8FYxaINXW1-2SIhVskipFcTtgixT1xJ/w130-h200/Diego%20Santamar%C3%ADa.jpg" width="130" /></a><b><i><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Cartofonía del
universo interno </span></i></b><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">(Engativá, 2022)<b>,</b>
primer libro de <b>Diego Santamaría García,</b> publicado con el apoyo de IDARTES y la
alcaldía local de Engativá, una experiencia que acude a nuevos sensores y
grafías del universo poético. Lean, por ejemplo, “Siri tiene Alzheimer”. Diego
Santamaría es egresado de Creación Literaria de la Universidad Central y,
también, se apoya en los códigos QR para la sintonía de escenas sonoras.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Con el cuidado de las
ediciones de La raíz invertida, en 2020, se publicó este libro de 106 páginas, <b>Una
jaula va en busca de un pájaro</b>, del editor, gestor cultural, poeta y ensayista
<b>Carlos Andrés Almeyda</b> (Bogotá, 1979). Es su primer libro y se siente su
madurez.<b><o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-60437492093909966242022-05-19T18:03:00.000-07:002022-05-19T18:03:33.175-07:00La brega de María Paulina<p style="text-align: left;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7bju8q7IvnYBIQalBRlrAKynreDo7-CH2A24siiTXm2icHPjy3b2CE5hLhngp-fnYm8ZtPhUAHv7tkvCf4EN_0nIJ2Qe7oShZAM-5GjFLSOTjsJ3R4EUsrTlac16rpJPv_5wPpef17gJqrxd92hfLxqG389I8m6AOo4CtpJ5_UJV_1bwnbuy5DLiL/s500/Una%20casa%20en%20el%20fin%20del%20mundo,%20Michael%20Cunningham.webp" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="355" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7bju8q7IvnYBIQalBRlrAKynreDo7-CH2A24siiTXm2icHPjy3b2CE5hLhngp-fnYm8ZtPhUAHv7tkvCf4EN_0nIJ2Qe7oShZAM-5GjFLSOTjsJ3R4EUsrTlac16rpJPv_5wPpef17gJqrxd92hfLxqG389I8m6AOo4CtpJ5_UJV_1bwnbuy5DLiL/w284-h400/Una%20casa%20en%20el%20fin%20del%20mundo,%20Michael%20Cunningham.webp" width="284" /></a></div><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">En tiempo de elecciones, hablemos de temas no tan peligrosos. </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Hace más de una década, en Colombia, los dueños de los principales
periódicos de la capital de la república decidieron acabar con los que
llamábamos suplementos literarios dominicales. En los años 60, nosotros, los
muchachos de entonces, sabíamos del mundo literario porque lo leíamos en “Lecturas
Dominicales” de </span><i style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">El Tiempo</i><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> y en el “Magazín Dominical” de </span><i style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">El
Espectador</i><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">. Allí hicimos primaria, secundaria y pregrado de literatura, arte
y cultura. De allí surgieron nuestros escritores, los que ganaron o perdieron
los premios nacionales e internacionales, incluido un Nobel.<br /></span><p></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>S</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt; text-align: justify;">in embargo, llegó un momento (lo viví en “carne propia”, así
se decía) en que esas fuentes de riqueza, por caprichos personales acá en
Bogotá (en el resto del mundo no sucedió lo mismo), desaparecieron. (En otra
oportunidad, después de elecciones, hablaremos del tema). Y, entonces, esos dos
medios literarios, básicos y fundamentales para nuestra cultura, fueron
reemplazados, en el caso de “Lecturas”, por un flacuchento y, por obligación,
excluyente, plegable de ocho páginas con una agónica periodicidad MENSUAL. El
“Magazín” fue confinado a los lunes festivos y al voluntariado de periodistas
que aman la literaria.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span> </span>Incluir en ocho páginas cada MES lo que la revista cultural
de <i>Clarín</i>, en Buenos Aires, hace en 38 páginas cada SEMANA, fue el
comienzo de la que llamo la brega de María Paulina Ortiz en “Lecturas” (YA NO
DOMINICALES) de <i>El Tiempo</i>, su directora.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: left;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span> </span>Pero quiero es hablar de otra parte de la brega de María
Paulina. Ella, entre varias propuestas atractivas del mini suplemento, siempre
ha incluido la sección “Entrevista con…”, donde les plantea a los escritores
invitados un cuestionario piloto con preguntas sugestivas y de interés general,
entre livianas y serias. Una de ellas es: “Si pudiera invitar a dos personajes
literarios para tomarse una copa o un café con ellos, ¿a quiénes elegiría?”<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: left;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: left;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span> </span>Todo iba bien hasta cuando la liviandad de estos tiempos
indujo a los escritores a confundir los “personajes literarios” con quienes son los autores. Lo
atractivo de la pregunta era plantearse un café o un trago con alguien nacido a
la vida real en una novela o un cuento. Un cafecito o un tinto, por ejemplo, con
Sancho Panza. Pero, no sé, tal vez, el ego (o la liviandad, digo) de algunos entrevistados los llevó a preferir el café o la copa con Cervantes,
con Thomas Mann, etc. Yo, desconcertado, le alcancé a escribir a María Paulina.
Ella, muy cordial, se propuso convencer a los invitados, sin que la brega
cediera. Alguien propuso la copa, por ejemplo, con otro Tomás (Bernhard), tal vez, porque le
tocaría con su alma bendita. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: left;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: left;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span> </span>Luego de eliminar la pregunta en el cuestionario, María Paulina volvió a la
brega y en mayo reapareció con el chileno Cristian Alarcón, quien se decidió
por sendos personajes de novelas recientes, Bobby de <i>Una casa en el fin del
mundo</i> (1990), del norteamericano Michael Cunningham, y Brian Botsford de <i>Mientras
Inglaterra duerme</i> (1993), de David Leavitt (ambas novelas llevadas al
cine).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: left;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: left;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span> </span>Parte del encanto de esta pregunta consiste en que hay
entrevistados clásicos que escogen personajes clásicos (uno los recuerda, o
vuelve a ellos si los ha olvidado); y hay otros “pantalleros”, o muy
actualizados, que sorprenden a los lectores con personajes cuyos nombres no
recuerdan ni siquiera sus propios autores (allí toca recurrir a la señora
Google, y uno, por supuesto, aprende y se actualiza).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: left;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; text-align: left;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span> </span>En fin, la brega no termina, porque María Paulina es terca y
constante, por fortuna. Una cosa son los personajes literarios y otra, muy
distinta, sus autores, así muchos de estos funjan de personajes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm;"><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-19825487439083611622022-04-02T11:58:00.001-07:002022-04-02T11:58:26.323-07:00A veces, llegan libros (2)<p> </p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal;"><b><span style="color: black; font-family: "Constantia",serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">A VECES,
LLEGAN LIBROS (2)<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm;"><span style="color: black; font-family: "Constantia",serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">(No es crítica. Son abrazos a libros
que, a veces, llegan).</span><span style="font-family: "Constantia",serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm;"><span style="color: black; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 13.5pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">*Julio
Suárez Anturi, <b><i>La 40 Sur</i> (novela),</b> Santiago de Chile, Editorial
Escritores, 2019, pp. 187. (Nota de contratapa, David Betancourt)</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii8l6neyjuvg_fy3RBo9MoOJI2CLOp2rO2pEsg0dSroh9wai2uXr7SYL1c_ScT4kDem5JTOuxVQIVRMk1LE7lW8Y2UJEE8NjFj_EuKSt34RtnelTzZHT14xp0AUCuHT4ROlYjE38A4PV8-TPqdUtL0JmuUuJqMRmMBPr11Tcqsk2jsGddlfcom8IBA/s2667/La%2040%20Sur.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2667" data-original-width="1573" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii8l6neyjuvg_fy3RBo9MoOJI2CLOp2rO2pEsg0dSroh9wai2uXr7SYL1c_ScT4kDem5JTOuxVQIVRMk1LE7lW8Y2UJEE8NjFj_EuKSt34RtnelTzZHT14xp0AUCuHT4ROlYjE38A4PV8-TPqdUtL0JmuUuJqMRmMBPr11Tcqsk2jsGddlfcom8IBA/s320/La%2040%20Sur.jpg" width="189" /></a></div><br /><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Tal vez,
cuando uno dice la “Cuarentasur” cae en cuenta de que es lo mismo que decir el
“Veintedejulio”. Eso hablando de Bogotá. Y así con cada ciudad o pueblo del
mundo. Son las bases territoriales de la niñez o de la juventud de los ciudadanos del
planeta llamado Tierra. Y es lo que Julio Suárez Anturi, el gran periodista de
Caracol y de otros medios de Bogotá por allá en los años 80-90, antes de que
saliera para instalarse en Santiago de Chile, escribió en esta novela de 187
páginas, que él tituló <i>La 40 Sur</i>. Novela de formación sobre una de las
famosas zonas del sur de Bogotá. “<i>La 40 Sur </i>es un maravilloso homenaje
al barrio, a la cuadra, a los amigos, a la infancia”, dice el escritor David
Betancourt.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">*Eduardo
Bechara Navratilova, <b><i>Paracaidistas de Checoeslovaquia</i> (poesía)</b>, Bogotá,
Ed. Escarabajo/Abisinia Ed., 2019, pp. 129.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpJPo0zBDFR0QrIPAHYA2cVsQWKHZ-1arGAdtJLVU-7wsZjFfgYljeviA-i9c7SyOKUvGW8FFF4YkyUfazFMxVQuAlnYQJogHN_tO-b4cFGPtQLdcoAhWg_vXKY00LpfFiHJKSD9898R7zXtkg0FdjvOWaGzQPRX8LYRthEKzHthFkwnnITJjMWAsI/s2819/Paracaidistas%20de%20Checoeslovaquia.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2819" data-original-width="1816" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpJPo0zBDFR0QrIPAHYA2cVsQWKHZ-1arGAdtJLVU-7wsZjFfgYljeviA-i9c7SyOKUvGW8FFF4YkyUfazFMxVQuAlnYQJogHN_tO-b4cFGPtQLdcoAhWg_vXKY00LpfFiHJKSD9898R7zXtkg0FdjvOWaGzQPRX8LYRthEKzHthFkwnnITJjMWAsI/s320/Paracaidistas%20de%20Checoeslovaquia.jpg" width="206" /></a></div><br /><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">El nieto,
Eduardo Bechara Navratilova, quiere resucitar al abuelo Karel Navrátil en este
poemario. En el libro de poemas con formato de teatro, el abuelo echa el vuelo.
Libro de memorias, de imágenes documentadas, pero de fantasías poéticas y
teatrales. Se trata de hechos sucedidos en la Segunda Guerra Mundial cuando
Hitler invadió a Checoeslovaquia y la madre del poeta logró huir. El poeta Fredy
Yezzed<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>dice en la contraportada que este libro
desentraña la historia del abuelo materno del poeta Eduardo Bechara, el Capitán
Karel Navrátil, uno de los paracaidistas checos que se lanzó a los bosques de
pinos donde habitaban los lobos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">*Miguel
Ángel Bustos, <b><i>Fragmentos fantásticos</i> (poesía)</b>, Bogotá, Ed.
Escarabajo/Abisinia Ed., 2019, pp. 103.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFTf5P0bbF8I0FZ3bNvLw1DqVMPnAfqQvY90W8iwD2rCVjPl6xCnNcoSVMnls3MOYoO-1yZpMzfmj644b4Z0t7r1yn9bxAK9E3BC53iqF7czsG09799pVcMWKhVpPZbH4V0VSC26VYLbnGPiDdmZnT_6-LcJwa74heG0I71AGzDuwk7OJQhZv5DPR_/s2870/Fragmentos%20fant%C3%A1sticos.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2870" data-original-width="1839" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFTf5P0bbF8I0FZ3bNvLw1DqVMPnAfqQvY90W8iwD2rCVjPl6xCnNcoSVMnls3MOYoO-1yZpMzfmj644b4Z0t7r1yn9bxAK9E3BC53iqF7czsG09799pVcMWKhVpPZbH4V0VSC26VYLbnGPiDdmZnT_6-LcJwa74heG0I71AGzDuwk7OJQhZv5DPR_/s320/Fragmentos%20fant%C3%A1sticos.jpg" width="205" /></a></div><br /><o:p></o:p><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Se considera
a Miguel Ángel Bustos como un poeta representativo de los años sesenta en
Argentina. Había nacido en Buenos Aires en 1932 y los militares de la dictadura
lo secuestraron y lo asesinaron en junio de 1976. Este volumen corresponde al
libro publicado en 1965. Su poesía, para quienes consideran que ser militante
político significa escribir en esa dirección, no tiene nada que ver con lo
ideológico doctrinario. <i>Fragmentos fantásticos</i> fue un libro elogiado por
Leopoldo Marechal y Manuel Mujica Laínez. Es una excelente reposición y
rescate.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">*Martalucía
Tamayo, Editora y comp., <b><i>Vidas diversas. Mundos iguales. 13 historias
huérfanas</i> (crónicas)</b>, Bogotá, Fundación Derecho a la Desventaja (Fundalde),
pp. 257.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjF_He6msb9EH1hiJYV382qlyaspD7yK9K4Ra3gBa9im29W9oWT2jbJrYQldgjUD_WCUCQNi6YphXQvMT0RhHYYCLxaB_Z8rtfgvxhw8DPls-SBPhJ46z0RlWFDy4Kjgo3X7rmnzCn_j2F_P28OTVtLiNznhYWu8EHs2aNBTVzGLS_vI2QB2cGGFRp1/s2902/Trece%20historias%20hu%C3%A9rfanas.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2902" data-original-width="1922" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjF_He6msb9EH1hiJYV382qlyaspD7yK9K4Ra3gBa9im29W9oWT2jbJrYQldgjUD_WCUCQNi6YphXQvMT0RhHYYCLxaB_Z8rtfgvxhw8DPls-SBPhJ46z0RlWFDy4Kjgo3X7rmnzCn_j2F_P28OTVtLiNznhYWu8EHs2aNBTVzGLS_vI2QB2cGGFRp1/s320/Trece%20historias%20hu%C3%A9rfanas.jpg" width="212" /></a></div><br />“Nada se ha dejado al azar en este libro. Todo está delicadamente
planeado. Es un libro hermoso, donde usted puede escribir, pensar, repensar y
completar. Escriba usted, querido lector, lo que estas 13 almas le inspiren. Aquí
tiene usted unas bellas historias que le despertarán la mente y que, obviamente,
usted no querrá dejar de leer”, dice Martalucía Tamayo Fernández, médica
genetista, comunicadora y escritora, editora de esta antología de textos o
crónicas escritas por personas con alguna discapacidad, pero en plenitud de sus
expresiones vivenciales. El libro fue publicado con el apoyo de la Fundación
Derecho a la Desventaja y del Instituto de Genética Humana de la Universidad
Javeriana. Incluye un texto de Marta Lucía, quien padece de displasia ósea y
dirige el Instituto de Genética, “El caso del koala al que le quedó pequeño el mundo”,
donde cuenta su espectacular vida a pesar de la displasia y su “talla baja”. Vida
ejemplar, como su libro, donde tantas personas dejan sus testimonios
admirables.<span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">*Rosa
Carrasco, <b><i>Estaciones marinas</i> (poesía),</b> Bogotá, Ediciones Colibríes, s/f,
pp. 150.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Rosa
Carrasco es una poeta autodidacta, nacida en Bogotá, amante de la literatura al
lado de los oficios caseros, residente en Mosquera, con algunos talleres y
tertulias que le dieron armas para escribir poesía y sacar este libro,<i>
Estaciones marinas. </i>Veinte poemas que son “un acto de fe”, como escribe en
la solapa final Jairo Peláez.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">*Fabio Silva
Vallejo y Samarys Polo Avendaño, <b><i>Escritura creativa, técnicas y artilugios</i>
(taller)</b>, Bogotá, Panamericana Ed., 2017, pp. 150. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Es un libro
de apoyo para los jóvenes creadores literarios que asisten a los talleres,
escrito por dos escritores con experiencia en este campo desde hace muchos años.
Sus capítulos: Romper el hielo, Una mirada hacia la poesía, Creando cuentos, Creando
personajes, Mitos y leyendas, Artilugios.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><br /></span></p>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-29556020036781246252021-09-07T17:57:00.000-07:002021-09-07T17:57:34.953-07:00G. Álvarez Gardeazábal y Cóndores no entierran todos los días (1971-2021)<p> <b style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: verdana;">Gardeazábal: Premio Manacor 1971-2021</span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: verdana;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGEAhY4cFrczvSBaw035E6mzIdiFtv9Y3bCj3Xn2DKtJaDTV77UwuTavcIxV9tm6PVJ_EcvjDS5mZtlcyouG6z1ED1BC_zN44a7Zcs7DidQzx_94jHhDy72tYEdSptEc6WIJgvanRLlQQ/s532/G.+%25C3%2581lvarez+G..png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="485" data-original-width="532" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGEAhY4cFrczvSBaw035E6mzIdiFtv9Y3bCj3Xn2DKtJaDTV77UwuTavcIxV9tm6PVJ_EcvjDS5mZtlcyouG6z1ED1BC_zN44a7Zcs7DidQzx_94jHhDy72tYEdSptEc6WIJgvanRLlQQ/s320/G.+%25C3%2581lvarez+G..png" width="320" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhss66SJypGtMOS5OroB9arzEjnBD5k5OxF4_s6WpGgt0pG6v3j80uRdXWdLCbHFcD7U9rCr6sKldH1VelWGnjA55frsQ_OwmCo1Vlo2uk-smftcVGBBNHplpvWYurypcrxGRDZzTdkQfM/s2048/C%25C3%25B3ndores+no+entierran+todos+los+d%25C3%25ADas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1369" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhss66SJypGtMOS5OroB9arzEjnBD5k5OxF4_s6WpGgt0pG6v3j80uRdXWdLCbHFcD7U9rCr6sKldH1VelWGnjA55frsQ_OwmCo1Vlo2uk-smftcVGBBNHplpvWYurypcrxGRDZzTdkQfM/s320/C%25C3%25B3ndores+no+entierran+todos+los+d%25C3%25ADas.jpg" width="214" /></a></span></div><span style="font-family: verdana;">Es posible que no identifiquen con facilidad la palabra Manacor, el nombre
de un municipio importante en la isla de Mallorca, en el archipiélago de las
Baleares, en el Mediterráneo, perteneciente a España. Su capital, del mismo
nombre, una ciudad pequeña, organiza desde hace varias décadas, con mucho
éxito, el Premio Manacor para varios géneros literarios, entre ellos el de
novela. Ese fue el premio que, en 1971, el 27 de agosto, con la presidencia del
jurado en manos del autor de <i>El señor presidente</i>, don Miguel Ángel
Asturias, ganó un colombiano de apenas 26 años, con los originales de una
novela que un año atrás había escrito en Torobajo, Universidad de Nariño,
Pasto, mientras dictaba clases de literatura.<o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Gustavo Álvarez Gardeazábal,
el muchacho ganador del Manacor 1971 con la novela <i>Cóndores no entierran
todos los días</i>, título que hoy algunos atribuyen a algún tema de
ornitología o eco-ambientalista, se refería al “pájaro” que durante la “Violencia”
de los años 50 del siglo pasado había sembrado el terror matando liberales en
el Valle del Cauca, de nombre León María Lozano, vendedor de quesos en el
mercado de Tuluá. Antes de este premio, Gustavo, también, había ganado otros
premios en el género cuento: el Ramón Llull (1969) con “Ana Joaquina
Torrentes”, el Premio Ciudad de Barcelona (1969) con “Donaldo Arrieta”, el
Unión Artesana de San Sebastián (1970) con “El día que volvió León María”
(1970), y el Ciudad de Salamanca (1970) con “La boba y el buda”. Estos cuentos,
más otros, se encuentran reunidos en el volumen <i>Cuentos del Parque Boyacá. </i>Esta
racha de premios culminó con la novela <i>Dabeiba,</i> primera finalista en el
Premio Nadal de 1971, que publicaría al año siguiente, Ediciones Destino de
Madrid.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Este es el medio siglo que celebramos
por estos días en la prensa de todo el país y en las redes. Un aniversario que
cubre tres fechas sucesivas: la del cierre de la escritura de la novela en la
Universidad de Nariño, en Torobajo, por lo cual su rector actual colocó una
tarja conmemorativa; la del Premio Manacor el 27 de agosto de 1971; y la de su
publicación en junio de 1972.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Lo que uno extraña es por qué
la edición conmemorativa del medio siglo de <i>Cóndores no entierran todos los
días</i>, una novela emblemática tanto para nuestra novelística como para la
historia de Colombia, no corrió por cuenta de una editorial colombiana.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: verdana;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Hace poco, Amazon puso en su
lista la película, excelente versión, que Francisco Norden rodó sobre la novela
de Gardeazábal. Y en este momento siguen apareciendo innumerables textos acerca
de la novela, que confirman su vigencia y que convocan para que sigamos
leyéndola. Me refiero a artículos como los de Pedro Luis Barco Díaz (<i>Diario
Criterio</i>), Aura Lucía Mera (<i>El Espectador</i>), José Luis Díaz Granados
(<i>El Reverbero de Juan Paz</i>), Mario Fernando Prado (<i>El País</i>, Cali),
Óscar López Pulecio (<i>El País</i>, Cali), Miguel Yusti (<i>Occidente</i>,
Cali), Jorge Retrepo Potes (<i>El País</i>, Cali), Mauricio Ríos (<i>Occidente</i>,
Cali), Sandro Romero Reye (Facebook), Julián Malatesta (<i>La Palabra</i>, U.
del Valle), Vicente Pérez Silva (<i>Testimonio de Nariño</i>), John Saldarriaga
Londoño (<i>ADN</i>), Camilo Herrera Mora (Raddar, <i>Portafolio</i>), “El
brujo de Tuluá”, de Fabio Martínez (<i>El Tiempo</i>), etc. Hace un año, cuando
Gustavo cumplió 75 años, Miguel Yusti estrenó en Tele Pacífico el documental <i>La
tinta de la vida. Una historia sobre Gardeazábal, el diferente </i>(https://telepacifico.com/veo/latintadelavida).
Y por estos días, la Heredad Correa, de la vereda El Tablazo de La Ceja, Antioquia,
produjo, con sello especial dedicado a <i>Cóndores,</i> un lote de su café
especial. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-family: verdana;"> Para celebrar en junio de 2022
los 50 años de la primera edición en Ediciones Destino de Barcelona, España, de
<i>Cóndores no entierran todos los días</i>, el Ministerio de Cultura podría
realizar un acto especial, convocar un concurso, o algo que celebre aquella
fecha especial para la literatura colombiana. Y alguna editorial multinacional,
comenzar a editar su extensa narrativa. Ya es hora.</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></span></p>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-80500048807582143382021-08-23T20:19:00.001-07:002021-08-23T20:19:25.049-07:00A VECES LLEGAN LIBROS (1)<div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><span style="font-family: verdana;"><div><span style="font-family: verdana;"><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm;"><span style="font-family: Constantia, serif; font-size: large;">(No es crítica literaria, sino abrazos a los libros que a veces llegan)</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 13.5pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: medium;">*<b>Alonso
Aristizábal</b>, <i>La golondrina </i>(novela)<i>,</i> Medellín, 2020.
(Nota de contratapa de Pablo Montoya).<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6n2X4OJks2Fj6bt5P394G-KpK-D19Pp-6QK0Byz6-NPUWP0mEr3sqby1_qeySU_MwXdXLzykrYOv0j6OTUvqhDV7dr61IGW7J8385o7CUPG7jNoXp7SvVI7yEMhYlrE5NAvOzR7azZLE/s2048/La+golondrina.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1474" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6n2X4OJks2Fj6bt5P394G-KpK-D19Pp-6QK0Byz6-NPUWP0mEr3sqby1_qeySU_MwXdXLzykrYOv0j6OTUvqhDV7dr61IGW7J8385o7CUPG7jNoXp7SvVI7yEMhYlrE5NAvOzR7azZLE/s320/La+golondrina.jpg" width="230" /></a></div><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: medium;">Que yo sepa
fue la última novela que escribió Alonso Aristizábal, publicada después de su
muerte. Tiene que ver con el atentado al avión de Avianca ocurrido en 1989,
donde murió su hermano y un centenar de colombianos, otro crimen del
narcotráfico de esa época. <i>La golondrin<br />a</i> la escribió y la reescribió,
duró muchos años, en Bogotá, donde residía, confiaba mucho en ella, era su
tercera novela. Alonso, también, escribió y publicó varios libros de cuentos,
lo mismo que excelentes libros de ensayo sobre Pedro Gómez Valderrama y Álvaro
Mutis. Había nacido en Pensilvania (Caldas) y murió en un inesperado 31 de
diciembre de 2017, en San Luis (Antioquia).<o:p></o:p></span></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><o:p><span style="font-size: medium;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: medium;">*<b>Luis Correa-Díaz</b>,
<i>Americana-lcd</i> (poesía), Clayton, USA, Valparaíso Ed., 2021. (Nota de
contratapa de Anthony Geist).<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ3vwOfE3yK79xFryhuXNuEQI7RoHBw3hQ0Cyc07PGCMEf_YmW311BQCxqjbYsnRB-RNuFRJOmceMRyvMKTbVw28sJrhrI8hZ2yIByiIudknWNJz2hIkHBzalNrVWRwwionmbq-KfZKM0/s2048/AMERICANA-LCD.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1330" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZ3vwOfE3yK79xFryhuXNuEQI7RoHBw3hQ0Cyc07PGCMEf_YmW311BQCxqjbYsnRB-RNuFRJOmceMRyvMKTbVw28sJrhrI8hZ2yIByiIudknWNJz2hIkHBzalNrVWRwwionmbq-KfZKM0/s320/AMERICANA-LCD.jpg" width="208" /></a></div><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: medium;">Hace muchos
años el poeta chileno Luis Correa-Díaz vive en Estados Unidos, donde ha sido
profesor universitario de español, de derechos humanos y donde ha desarrollado
una intensa actividad tratando de darle nuevos aires, nuevas alas a la poesía
mediante su articulación con las nuevas tecnologías, por decirlo así, a la
poesía. Sus experimentaciones trascendieron a varios idiomas y países. En 2016
publicó, recuerdo, <i>Poesía y poéticas digitales/electrónicas/tecnos/New-Media
en América Latina: Definiciones y exploraciones.</i> En este nuevo libro,
escrito en plena pandemia, bilingüe y medio spanglish, está acompañado por el
dibujante de comics Pavel Ortega. <i>Americana-lcd</i>, además, habla de los
fenómenos sociales del mundo actual; y cierra con una oda a Anthony
Bourdain, el chef que hizo la cocina en la calle y que un día, sin avisar, se
despidió abruptamente.<o:p></o:p></span></span><p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><o:p><span style="font-size: medium;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: medium;">*<b>Andrés
Fernando Nanclares</b>, <i>El Minervista </i>(novela), Bogotá, La Pisca Tabaca
Edit., 2020.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9sGF-jZFibgWrYcZdLmtnUizzp-Fov0SFWwSJ6fqogg10jeQ_SLPX25ok3z3z0dGGa2rX0M0WAl1smmFSjbqmSt9Qa_b2eaYzd-pzYm6QJwDReLk9kYp0vaW2FiPM00KSCCYPJ1XRCcc/s2048/El+Minervista.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1379" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9sGF-jZFibgWrYcZdLmtnUizzp-Fov0SFWwSJ6fqogg10jeQ_SLPX25ok3z3z0dGGa2rX0M0WAl1smmFSjbqmSt9Qa_b2eaYzd-pzYm6QJwDReLk9kYp0vaW2FiPM00KSCCYPJ1XRCcc/s320/El+Minervista.jpg" width="215" /></a></div><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: medium;">Había
publicado el libro de cuentos <i>Filadelfo Sietecuchillos</i>, uno de poesía, <i>Vocablos
para darle de comer a una hoja en blanco</i>, dos libros de ensayos sobre temas
jurídicos y judiciales. Ahora aparece su primera novela con el reconocimiento
de haber sido finalista en la Convocatoria de novela inédita “Opera prima” de
Panamericana Editorial, 2020 (segundo puesto entre 150 participantes). Son 200
páginas montadas sobre dos ejes, uno de orden histórico, el otro, un personaje de
creación narrativa. Andrés Nanclares ha permanecido siempre activo en la vida
literaria del país.<o:p></o:p></span></span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><o:p><span style="font-size: medium;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: medium;">*<b>Fernando
Calderón España</b>, <i>Tizones de viernes santo</i> (novela), Bogotá, Ed.
LienzoBlanco, 2020.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; mso-margin-bottom-alt: 8.0pt; mso-margin-top-alt: 0cm; text-align: justify;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhCe412zJxxAMf6eDEnPh0l8zEMdwkMciMzNkv0lm1cMRYMh0wp6xNaAEeXmpa8Kmoc6SOzqSDVZm8pTit8kiGOr9vaS_SE2ty7xznI0y-OlKvfQs-mNWJZBAHvhaEfg70QRIASFcjQ18/s2048/Tizones+de+viernes+santo.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; display: inline !important; float: right; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1345" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhCe412zJxxAMf6eDEnPh0l8zEMdwkMciMzNkv0lm1cMRYMh0wp6xNaAEeXmpa8Kmoc6SOzqSDVZm8pTit8kiGOr9vaS_SE2ty7xznI0y-OlKvfQs-mNWJZBAHvhaEfg70QRIASFcjQ18/s320/Tizones+de+viernes+santo.jpg" width="210" /></a><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Todos recordamos la voz de Fernando en
la radio por allá en la década del 80, si no calculo mal. Había pasado por las
emisoras de su Huila y en Bogotá dio ejemplo en las más importantes cadenas. Dice
él que en la radio hizo de t</span></span><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">odo, desde locutor hasta director. Hizo noticieros
y, también, deportes. Calderón España en la radio “hizo cosas, hasta que el
viento convertido en tiempo, lo borró”. Y reaparece ahora con su prosa
narrativa en su novela </span><i style="font-family: Verdana, sans-serif;">Tizones de viernes santo</i><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">, 209 páginas para 33
capítulos. Un abuelo cuenta una historia -dice la nota de contratapa-, de
mediados del siglo XX, donde una pareja lucha por sobrevivir a los conflictos
sociales, raciales, clasistas, hasta lograrlo.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">*Revista <i><b>Puesto de Combate</b></i>, No.
89, Bogotá, 2021.</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgePODhd4URPfaFyRPr7AigKZ29I2NKYAtdVjJijK3kUlMl6eqHbLTbyHYQ3rSIpSjFDmfKHT-i7A99ZKXQvqcS2CEyataZSkAg_hYKE8qmt2Bljwv4byuiTlWjwNq2AQkSiUQneBtKO0/s2048/Puesto+de+Combate%252C+89.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1577" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgePODhd4URPfaFyRPr7AigKZ29I2NKYAtdVjJijK3kUlMl6eqHbLTbyHYQ3rSIpSjFDmfKHT-i7A99ZKXQvqcS2CEyataZSkAg_hYKE8qmt2Bljwv4byuiTlWjwNq2AQkSiUQneBtKO0/s320/Puesto+de+Combate%252C+89.jpg" width="246" /></a></div>Como siempre, Milcíades Arévalo nos
entrega su revista llena de materiales literarios muy atrayentes y con nuevos autores.
En esta ocasión le dedica una sección especial a San Andrés y Providencia.
Poesía, cuento,entrevistas, teatro, ensayo, reseñas y notas biobibliográficas
que nos ponen al día. (A propósito, registra la muerte de un viejo amigo de las
letras, realizador cinematográfico, ganador de algunos concursos de cuento en
la década del 70-80, Jorge Muñoz Pedraza,1944-2021).<p></p></span></div><div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana;"><br /></span></div><br /></span>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-55168302627354434662021-01-06T11:23:00.003-08:002021-01-06T12:26:52.176-08:00Lola Salcedo Castañeda (1950-2020)<p> </p><p class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal;"><span face="Verdana, sans-serif" style="font-size: 12pt;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv59bDb_djZ4TFBLUajMTiKjIzMGvoaEFuJf9PcYIN2pX3Xkw4rsLY8pt7qeH49hFWbQyynShz5W5fJMKOeAWbWXlCoQT2MRSFQBfYhWWKl_UQLB5rkwAD1eq0zxNXCIBygq5MKS_wDic/s1280/Lola+Salcedo+C..jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="1280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv59bDb_djZ4TFBLUajMTiKjIzMGvoaEFuJf9PcYIN2pX3Xkw4rsLY8pt7qeH49hFWbQyynShz5W5fJMKOeAWbWXlCoQT2MRSFQBfYhWWKl_UQLB5rkwAD1eq0zxNXCIBygq5MKS_wDic/s320/Lola+Salcedo+C..jpg" width="320" /></a></div><span style="font-family: verdana;">El twiter del 30 de diciembre, 8:01 p. m., decía: “Para más INRI, acabo
este 2020 con tremenda moqueadera, encerrada en mi cuarto y deseando despertar
mañana en otro planeta, otro plano espiritual, otra civilización: ¿atenderán mi
sueño allá arriba, donde deciden los destinos de los hombres cuando duermen?”.</span><p></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal;"><span face=""Verdana",sans-serif" lang="ES-MX" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-MX;">El 3 de enero, cuando me lo reenvió Roberto Montes Mathieu, el cuadrante
122 de la estación de la policía de Puerto Colombia, Barranquilla, reportó que
en un apartamento de Pradomar “se presentó un caso de suicidio, se trata de la
señora Dolores Salcedo Castañeda de 70 años de edad”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal;"><span face=""Verdana",sans-serif" lang="ES-MX" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Dolores era, claro, Lola, Lola Salcedo Castañeda, la autora del twiter
del 30 de diciembre: Salcedo Lola, @Losalcas, el que nadie, entre sus amigos
cercanos, sospechó que terminaría en suicidio, porque, al contrario, tenía seis
“Me gusta”. A esa hora Lola estaría, entonces, muerta de la risa, o, como
mínimo, sonriendo irónica.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal;"><span face=""Verdana",sans-serif" lang="ES-MX" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-MX;">A Lola Salcedo Castañeda, la gran periodista de radio, prensa y televisión, la novelista, la inmensa
Lola, a pesar de su estatura, o, tal vez, por eso, imbatible defensora de la
humildad de la humanidad, no la vi más de dos o tres veces. Fue por aquella
época en que existía el <i>Diario del Caribe</i>, en que libraban la batalla
cultural y literaria amigos como Carlos J. María, Toño Caballero, Margarita
Abello, Alfredo Gómez Zurek, Ramón Illán Bacca, Germán Vargas, Álvaro Medina y otros muchos
más. Yo siempre recuerdo a Lola -y es lo único que recuerdo con nitidez en
medio de la fugacidad de la escena- en una esquina comenzando a pasar una calle
en Barranquilla, con varios de ellos y otros que no logro ver en el recuerdo,
porque sólo la recuerdo a ella, con su voz cantante, con su
contundencia, serenidad y ternura, con su sonrisa -siempre cercana a la ironía o a la camorra sana-,
con su liderazgo, con su empuje, lejanísima de la solemnidad de los habitantes
de todas las capitales del mundo. Esa esquina no la olvido gracias a tí, Lola.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal;"><span face=""Verdana",sans-serif" lang="ES-MX" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Lola -que nunca se dejó ver como Dolores, pero que alguna pena escondida
la llevó a buscar la libertad total en otro planeta, en otro plano espiritual- publicó
en 1994 una novela, <i>Una pasión impresentable</i>, que, como me lo recuerda
Eduardo Márceles, llegó a ser lanzada en el mismo año en Nueva York. En ese
libro dejó estampado su alegato por una sociedad más justa e igualitaria, menos
machista, más civilizada.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal;"><span face=""Verdana",sans-serif" lang="ES-MX" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Juan Armenta dijo, al ver la noticia de cierre del 2020 (no del comienzo del
21, como la prensa se equivoca guiada por el informe policial), que Lola fue “periodista,
columnista, gran fotógrafa, guerrera, contestaria, mamadora de gallo, amiga
entrañable. Y hasta desordenada paciente”. Hizo radio, no se si fue profesora,
pero sí conferencista y panelista. Dirigió la investigación que le permitió a la Unesco declarar el Carnaval de Barranquilla como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Artista, humanista, gestora cultural. Y el yoga -porque
no evadió ningún camino- <br />le sirvió, quién iba a pensarlo, para buscar, entre
risas y moqueos, la Dimensión Desconocida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal;"><span face=""Verdana",sans-serif" lang="ES-MX" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Lola, nos veremos en la esquina, que esta jugarreta tuya no la teníamos
prevista en la agenda de este año.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal;"><span face=""Verdana",sans-serif" lang="ES-MX" style="font-family: verdana; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span></p>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-61510791585276636082020-12-15T14:47:00.003-08:002020-12-15T15:38:56.319-08:00Gustavo Tatis y Gardeazábal celebran<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEaRYVJX5l65WL2a4os8k6tAqfKa3sQFz5NKE2thwxo0Gt2SIkBYtu4d9okV8gZpBkhUbKPOeiv7Y5QvafY8ds8pSlT4AcF7W94HcfhaaUiFwmq2bdGeup9ZmuFVisFfwwosPGvPeE1PE/s919/Gustavo+%25C3%2581lvarez+G.+El+Universal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="693" data-original-width="919" height="241" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEaRYVJX5l65WL2a4os8k6tAqfKa3sQFz5NKE2thwxo0Gt2SIkBYtu4d9okV8gZpBkhUbKPOeiv7Y5QvafY8ds8pSlT4AcF7W94HcfhaaUiFwmq2bdGeup9ZmuFVisFfwwosPGvPeE1PE/w320-h241/Gustavo+%25C3%2581lvarez+G.+El+Universal.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Álvarez Gardeazábal (Foto: El Universal)</td></tr></tbody></table> <br /></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 3.75pt;"><span style="background: white; color: #202124; font-family: "Helvetica",sans-serif; font-size: 16.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Gustavo Álvarez Gardeazábal: magia y
vigencia de un patriarca.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 3.75pt;"><span style="background: white; color: #202124; font-family: "Helvetica",sans-serif; font-size: 16.5pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Por </span><b><span style="color: #333333; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">GUSTAVO TATIS
GUERRA<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 3.75pt;"><b><span style="color: #333333; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">[En <i>El
Universal</i> de Cartagena, Colombia, del pasado 6 de diciembre de 2020, apareció esta
entrevista, así titulada, escrita por el narrador, poeta y pintor, Gustavo
Tatis Guerra, que ahora reproduzco. Recuerdo la primera entrevista que le hice
a Gustavo cuando él comenzaba, pero ya era una figura literaria en el mundo,
que publiqué en <i>Vanguardia Dominical</i>, de <i>Vanguardia Liberal, </i>en
1972, cuando la dirigía Jorge Valderrama Restrepo, en Bucaramanga. Brillante,
polémico y, como casi siempre, acertado en sus opiniones. Estamos a 50 años. Y
ahora él celebra y lo celebramos en sus 75 de edad y 48 de la publicación de su
novela <i>Cóndores no entierran todos los días</i>. Por eso, me parece oportuno
reproducir la entrevista de Gustavo Tatis Guerra en mi blog <i>Escribir como un loco</i>. Gustavo Álvarez Gardeazábal cumplió años el pasado 31 de
octubre.] <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO; text-transform: uppercase;">E</span><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">s un patriarca de la novela colombiana y un mito verdadero y viviente de
la literatura. Un hombre que amanece para escribir, opinar y denunciar. Y
cuidar de sus gansos y sus orquídeas. Su arte narrativo sobrepasó el medio
siglo de creaciones, desde 1965, con su primera obra publicada, y desde 1971,
consagrado mundialmente por su legendaria novela <i>Cóndores no entierran
todos los días</i>, que festeja cincuenta años como si acabara de escribirse,
un clásico nacional llevado con éxito al cine y una de las novelas más leídas
por las nuevas generaciones, traducida y estudiada en las universidades del
mundo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Es Gustavo Álvarez
Gardeazábal (Tuluá, Valle del Cauca, 1945), autor de diecisiete novelas, y más
de otra docena de libros de cuentos, ensayos y artículos de opinión. Premiado y
celebrado, mordaz y contestatario, apasionado e implacable en la búsqueda de
las verdades ocultas de las regiones y el país, es, sin duda, una conciencia
viva, visionaria, y una criatura obstinada en su vocación de crear ficciones
surgidas de su inmersión profunda en la realidad, y en crear nuevas realidades
surgidas de las ficciones despiadadas y a la vez maravillosas que depara la
existencia. Álvarez Gardeazábal ha sido, a lo largo de sus intensos y fecundos
75 años, un hombre de imaginación pragmática, escritor de ficción, profesor
universitario, político, alcalde de su natal Tuluá y dos veces gobernador del
Valle. A través de su obra literaria, convirtió a Tuluá en un referente
nacional e internacional, y descifró los secretos y trasfondos deshumanizados
del poder y la violencia colombiana de mediados de siglo XX.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Él ha tenido el mundo en
sus manos y ha cumplido los designios de un capitán en tierra, que no le
interesa vivir en otro lugar del universo que no sea Tuluá. Y allí ha traído
como un imán a la capital del Valle del Cauca, a los personajes del mundo
literario que convocó desde la Universidad del Valle: desde el mítico Juan
Rulfo, el Premio Nobel Mario Vargas Llosa, el Premio Nobel Camilo José Cela, y
otras celebridades como Clarice Lispector, Jorge Edwards, Fernando Alegría,
entre otros. Su novela <i>Cóndores no entierran todos los días</i> fue
premiada en España y exaltada por uno de los jurados: el Premio Nobel Miguel Ángel
Asturias.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Todas las mañanas me
despierta Álvarez Gardeazábal con sus magistrales audios interpretativos de la
realidad nacional, que son, a la vez, un diario conmovedor de la peste que
vivimos. Con él iniciamos esta conversación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">¿Qué siente y
piensa al saber que cincuenta años después su novela <i>Cóndores no
entierran todos los días</i> es leída por las nuevas generaciones y sigue
siendo estudiada en universidades de Colombia y el mundo?</span></b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">-Ahora, que esta pandemia
afectó de manera tan dramática la educación, la lectura de libros y las
librerías, me siento un privilegiado: ya tiene su nicho en el altar de la
historia literaria de este país.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Regresemos a
la infancia: ¿Qué imágenes y vivencias de infancia permearon su sensibilidad y
vocación de escritor? ¿Qué hay del temperamento de sus padres en usted?</span></b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">-Curiosamente, mis
personajes no han sido niños. Esa deuda trato de pagarla en <i>El papagayo
tocaba el violín</i>, la novela que estoy a punto de terminar, donde el
narrador es un niño dotado de la capacidad de recordar desde el mismo día de su
nacimiento. Por el otro lado, la influencia de mis padres es evidente, soy hijo
de un paisa emprendedor (pleonasmo), autodidacta y como tal sembrador de
lecturas. Y de una madre artista, pintora, violinista y fundamentalmente católica.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">¿Qué libros y
autores fueron decisivos en su juventud? Hábleme de algunos de ellos y a cuál
de esos libros sigue deslumbrándolo.</span></b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">-Como fui precoz en la
lectura y antes de entrar al kínder (en aquella época no existían pre-escolares
ni nada de eso) sabía leer de corrido, mi padre me regaló <i>El libro de
oro de los niños,</i> que era una colección de seis libros con resúmenes
de todas las áreas de humanidades y, cuando los devoré, me regaló la
colección <i>Pulga</i>, que eran 100 libritos en tamaño enano que condensaban
de manera absurda las grandes obras literarias de la humanidad. Es decir que yo
primero me leí el resumen de las obras que después me cautivaron.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">¿En qué
momento intuyó que el escenario de sus novelas iniciales sería Tuluá, su pueblo
natal? ¿Cómo recuerda al pueblo de su infancia y qué lugares de allí siguen
ejerciendo en usted una presencia misteriosa para sus narraciones?</span></b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">-Cuando llegué a Pasto,
hace 51 años, la extraña lejanía que daba esa ciudad sin habernos ido de
Colombia me aumentó la nostalgia por el terruño nativo y la volví metáfora.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">¿Cómo fue el
proceso de convertir personas de carne y hueso en personajes de ficción?</span></b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">-Inicialmente muy fácil,
después un problema porque confundí la realidad con la ficción y más de un vivo
que yo había matado en mis novelas acudió a hacerme el reclamo. Después llegó
la Constitución del 91 y nos prohibió a los escritores abusar de la realidad
con nombre propio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">¿Qué
obsesiones cree que han sido claves y persistentes en su obra literaria?</span></b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">-Fundamentalmente, el poder.
Lo he estudiado desde muchos ángulos y, como tal, lo he descrito en una y otra
mano, masculina y femenina. Si usted revisa mis novelas, todas son una
radiografía del poder a lo largo de la historia de la segunda mitad del siglo
XX en Colombia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Su novela
sobre Armero, vuelta a editar, cobra vigencia y nos revela su intuición
profética ante la mayor tragedia en la que murieron más de 25.000 habitantes
del pueblo. ¿Qué nuevas sorpresas le ha generado esta novela entre sus nuevos
lectores?</span></b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">-La más grande sorpresa: no
creía que hubiese sido una novela tan bien escrita. Como el mejor juez de la
literatura es el paso del tiempo, el que <i>Los sordos ya no hablan</i> pueda
leerse como si la hubiese escrito hace un mes y no hace 30 años, cuando la
publiqué, me ha demostrado que lo hice bien. Eso es muy grato verlo en vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Usted
sostiene un diario hablado desde mucho antes de empezar la pandemia y en él
descubrimos su sorprendente agudeza crítica, su gran sentido de humor y su
visión política de la realidad colombiana. ¿Qué es lo peor que le ha ocurrido a
Colombia y qué puede ser lo mejor durante y después de esta pandemia?</span></b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">-Lo peor que le sucedió a
Colombia en un solo día fue lo de Armero. Lo peor que le sucedió en 10 años fue
la violencia del 48 al 58 del siglo pasado. Lo más grave que le puede suceder
en el futuro es que no seamos capaces de superar la pandemia por falta de
liderazgo público, político y empresarial. De las dos primeras he hecho novelas
eternas. De la última aspiro a no alcanzar a resistir esa crisis.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">¿Qué autores,
libros y aventuras cotidianas ha descubierto en el confinamiento?</span></b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">-Me he dado el lujo de
volver a leer autores que había clasificado en mí ya muy larga vida de lector
enfermizo. Algunos les he ratificado mi admiración a otros he tenido que
bajarlos del pedestal.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">¿En qué
ambiente escribe sus libros? ¿Sigue cultivando orquídeas? ¿Qué objetos o
talismanes le gusta coleccionar o guardar?</span></b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">-La agüerista era mi
abuela, yo no cargo nada de eso. He vivido una gran parte de mi vida en mi finca
El Porce, a orillas del río Cauca, y soy muy campesino en costumbres, cultivo
orquídeas y soy animalero, pero me hace mucha falta Cartagena. Llevaba 15 años
yendo a pasar una semana al mes mirando el mar y esperando la brisa y esta
pandemia me tiene castigado, estoy muy viejo, ya tengo 75 y poseo un prontuario
médico que me hace candidato a tener que vivir confinado hasta que no pase la
peste.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Usted es
quizá el único escritor que ya tiene su propia tumba en Medellín. ¿Por qué
eligió estar al lado de la tumba de Tomás Carrasquilla?</span></b><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">-Al lado de Carrasquilla y
enfrente de Jorge Isaacs en el cementerio museo de San Pedro en Medellín, ya
está lista, con escultura del maestro Vélez Correa esperando que vaya a ocupar
el hueco...<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal;"><b><i><span style="color: #333333; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 13.5pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Epílogo<o:p></o:p></span></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Testigo de su tiempo, él es
ahora una memoria viviente de una tierra sangrante, cuyos horrores aún no
cesan. Su perplejidad y su sentido crítico se mantienen en alto detrás de sus
vivaces ojos de buceador de milagros. Sabe que ya ha escrito una obra
perdurable e insoslayable en las letras nacionales e intuye que las nuevas
generaciones seguirán pasando sin cesar por sus páginas, viendo el retrato
quebrado de nuestras atrocidades, el retrato de una violencia con nuevos
actores, bajo el ala de nuevos cóndores. Pero no ha dejado de escribir en más
de sesenta años de vocación literaria. Siente que, pese al paso del tiempo, él
seguirá siendo aquel niño que se asomó a las rendijas de la ventana de su casa
de Tuluá y “se quedó mirando para siempre el mundo que le rodeaba”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto;"><span style="color: #0a0a0a; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-CO;">Sensible, insobornable,
capaz de asumir cada una de sus verdades, amanece descifrando las noticias del
mundo, con su valiente y obstinado corazón de sembrador de orquídeas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="mso-ansi-language: ES-CO;"><o:p> </o:p></span></p>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-57482445481394384362020-12-10T13:50:00.004-08:002020-12-10T13:50:20.796-08:00LUIS CARLOS HERRERA, S. J. (2)<p><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKD9gUVoOcEtz_t_B82K0tXJeHZGhSO86aDnWOBDsIfw0fqHUPG5U5NkuIsZ4fHVC5gB35qnAPnnpKuVLNZOr3m7IyOs8rljCif0kjQDxYpGearmDrqZHhIkCTXfANGfhrBfyoHStXLrg/s2048/Edici%25C3%25B3n+cr%25C3%25ADtica.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1300" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKD9gUVoOcEtz_t_B82K0tXJeHZGhSO86aDnWOBDsIfw0fqHUPG5U5NkuIsZ4fHVC5gB35qnAPnnpKuVLNZOr3m7IyOs8rljCif0kjQDxYpGearmDrqZHhIkCTXfANGfhrBfyoHStXLrg/s320/Edici%25C3%25B3n+cr%25C3%25ADtica.jpg" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Edición crítica, 1974.</td></tr></tbody></table>En la cuenta del escritor y periodista Nicolás Morales, en Facebook, encontré por estos días esta nota acerca de la muerte del Padre Luis Carlos Herrera, S. J., fallecido el 11 de noviembre pasado, que tomo y transcribo en mi blog porque alude a una anécdota triste y penosa sobre la edición crítica de <i>La Vorágine</i>, que muchos desconocíamos. Antes, en este blog, había yo reseñado el deceso de los hermanos Herrera Molina.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 3.75pt; text-align: justify;"><span face="Verdana, sans-serif" style="font-size: 12pt;">"Uno de los jesuitas que
falleció recientemente es el padre Luis Carlos Herrera. Este hombre, doctor en
Filología Románica en la Universidad Central de Madrid, se dedicó mucho tiempo
a estudiar la obra de José Eustasio Rivera. No se imaginan el fervor, la dedicación
y la inteligencia para construir una obra crítica del novelista y poeta
huilense. Su tesis sobre la poética de Rivera fue publicada por el Instituto
Caro y Cuervo hace años y tuve el inmenso placer de publicarle la edición
crítica de La Vorágine en el 2009. Como anécdota diré que la Editorial
Panamericana nos demandó, pues los derechos de Rivera eran por aquel entonces
de ellos. Traté de convencerlos de que mi edición era para públicos pequeños
pues era justamente una edición critica, pero no hubo nada que hacer. Les
mostré mi tiraje que era menos de 300 ejemplares, comparados con las miles de
ediciones que ellos imprimían. Igual pagamos un dinero. Años después
descubriría que el prólogo de la edición de La Vorágine de Panamericana decía
que el padre Herrera era la mayor autoridad del asunto, lo que pareció algo
menos que una ironía. Era un hombre muy amable, erudito y siempre atento a la
mirada del editor. Paz en su tumba."<br /></span></p>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-3721509062589047992020-12-07T19:23:00.009-08:002020-12-11T03:32:04.385-08:00Adiós a Luis Carlos Herrera M., S. J., (1926-2020)<p></p> <span style="font-family: verdana;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1346" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilUcVx4C-4i5CQOu7jbmhXfEc7p490UBbDY2lmnqaIjBduXqbM_EuxwtRdBmXWjFZn2-cMPNyLZhATKHDGC0cySM9-9cXIMiceyfpR2s0G8o0W6xKMvXVxTGhlueHYrqSz73c0LpwWQHw/s320/Tierra+de+promisi%25C3%25B3n.jpg" /> </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ayer domingo, 6 de diciembre de 2020, la Compañía de Jesús informó por intermedio de un aviso en el diario <i>El Tiempo</i>, acerca de la muerte, en las últimas semanas, de varios sacerdotes jesuitas, la mayor parte de ellos a causa del Covid-19. En la lista aparecen los hermanos Luis Carlos y Fortunato Herrera Molina. Yo no lo sabía. Creo que muy pocos. Ha sido uno de los efectos fatales del año de la peste: salimos a la calle y le preguntamos al amigo, o cogemos el periódico y, a destiempo, vamos, sorpresivamente, enterándonos de los amigos que la señora muerte se ha llevado. </span><span style="font-family: verdana;">El Padre Luis Carlos murió a los 94 años el pasado 11 de noviembre por razones ajenas al Cov-19, al contrario del Padre Fortunato. Se vincularon al sacerdocio desde un comienzo y murieron casi al mismo tiempo. Ambos de Gigante (Huila), fueron escritores. Fortunato, con su hermano, le dedicaron un libro a la música de Jorge Villamil Cordovez (<i>Canción y poesía de Jorge Villamil, </i>Neiva, 1988). De su parte, Luis Carlos fue el pionero de los estudios literarios sobre la obra de José Eustasio Rivera. Publicó varios libros dedicados al poemario <i>Tierra de promisión</i> (que cumple cien años en 2021)<i>,</i> entre ellos:<i> José Eustasio Rivera, poeta de promisión (</i>Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 1968)<i>, Rivera, lírico y pintor </i>(Bogotá, Colcultura, 1972)<i>. </i>Recuerdo que utilizó la metodología de la palabra-tema para analizar los poemas. La Caja Agraria (hoy Banco Agrario) le patrocinó la publicación de una edición crítica de <i>La Vorágine </i>(Bogotá, 1974). Él fue el pionero de esos estudios en la segunda mitad del siglo XX; los demás, solamente, seguimos sus huellas, de ahí salió la antología de ensayos que hizo Monserrat Ordóñez y, de mi parte, seguí su obsesión -la del Padre Luis Carlos- por redescubrir la obra de Rivera y, en mi caso, la de volver por la reivindicación de la vida de José Eustasio, a quien le seguimos debiendo la película (la de su vida, pues de la novela hay un par de versiones).</div></span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Tal vez, la Universidad Javeriana reedite una suma de sus ensayos.</span></p>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-11145120267116996722020-09-18T11:20:00.001-07:002020-09-18T11:20:29.704-07:0016 Cogiendo el tono Primera página Sueñan los androides con ovejas el...<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="270" src="https://www.youtube.com/embed/Pb_W7TaWCFA" width="480"></iframe>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-67598018444464332512020-09-11T11:26:00.001-07:002020-09-11T11:26:26.905-07:0015 Cogiendo el tono Primera página Orgullo y prejuicio Isaías Peña G...<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="270" src="https://www.youtube.com/embed/PlOy9Y6Yeb0" width="480"></iframe>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-19417621560394729062020-08-24T15:59:00.001-07:002020-08-24T15:59:33.427-07:00G. Álvarez Gardeazábal, en sus 75 años<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 12pt;">Estas dos entradas, que en su momento escribí para el D</span><i>iccionario Enciclopédico de
las Letras de América Latina,</i> editado en 1995 por el Centro Rómulo Gallegos de
Caracas, las transcribo a continuación con motivo del <b>XII Festival de la Imagen y la Palabra</b>, que se celebra en Tuluá (Valle) del 24 al 28 de agosto de
2020, bajo la dirección del poeta Omar Ortiz Forero, patrocinado por la
Universidad Central del Valle y la Alcaldía de Tuluá, Festival que rinde
homenaje, como acto central del mismo, al escritor, profesor, periodista y
estadista, Gustavo Álvarez Gardeazábal, a propósito de los 75 años de edad que
cumplirá el 31 de octubre próximo.</span></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><b><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Álvarez
Gardeazábal, Gustavo,<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKc_H6jbwkxzyc9v9YdakzVcna0tL9hyphenhyphen8Q1uQujKLrmobUAZvJUk5_c37JPkKfecDzIPc8TzrHtcVutNjCRCxieo0wJT1V-_txon7KJxek571_HJOlrCUiuKeTqWTpBGRhRblIhBcJBwM/s1600/G.+%25C3%2581lvarez+G..png" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="485" data-original-width="532" height="291" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKc_H6jbwkxzyc9v9YdakzVcna0tL9hyphenhyphen8Q1uQujKLrmobUAZvJUk5_c37JPkKfecDzIPc8TzrHtcVutNjCRCxieo0wJT1V-_txon7KJxek571_HJOlrCUiuKeTqWTpBGRhRblIhBcJBwM/s320/G.+%25C3%2581lvarez+G..png" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Gustavo Álvarez Gardeazábal (24, 08,20)</td></tr>
</tbody></table>
</span></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">n.
en Tuluá (Valle), Colombia, el 31 de octubre de 1945. Se graduó en la
Universidad del Valle (Cali) como licenciado en Letras con la tesis <i>La
novelística de la violencia en Colombia</i> (1970), mientras participaba en la
campaña presidencial del conservador disidente, Belisario Betancur, de quien se
alejaría años después para asumir las ideas liberales de otros candidatos, y
así continuar su ambigua condición política heredada de su padre conservador y
su madre liberal. Ambigüedad fecunda en cuanto a la posibilidad
de atrapar, así, en sus obras la totalidad de un complejo mundo social, como el de su
parcela urbana latinoamericana, de otra manera inaprehensible, y que le
permitió ascender a la alcaldía popular de Tuluá con el apoyo de liberales,
conservadores e independientes en 1988, luego de escribir, entre 1971 y 1987,
diez novelas y un libro de cuentos, todos referidos a fenómenos sociales
trascendentales dentro de la historia de su país, tales como la llamada "Violencia
en Colombia" de 1948-1958 (V. <i>Cóndores no entierran todos los días</i>);
el fetichismo y la "milagrería" del más conservador de los
catolicismos latinoamericanos; las crisis ideologistas universitarias de los
70; la expansión de los grandes latifundistas en el que fuera el Valle de<i> María</i>
(V.); el ascenso de los nuevos ricos provenientes del narcotráfico; el corrupto
reinado de los gamonales. Novelas de denuncia, con estructuras modernas y no
vanguardistas, con lenguajes depurados, ajenos a la adjetivacion gratuita, con
búsquedas formales convincentes, que le ganaron la aprobación de jurados,
editoriales y lectores dentro y fuera de su país, en español y en otros
idiomas. (IPG).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><b>Bibliografía
activa:</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">a)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><i>La tara del Papa</i></span><span lang="ES">. Buenos Aires: Fabril
Editora, 1972.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><i>Cóndores no entierran todos los días</i></span><span lang="ES">.
Barcelona: Ed. Destino, 1972.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><i>La boba y el Buda</i></span><span lang="ES">. Bogotá: Instituto
Colombiano de Cultura, 1972.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><i>Dabeiba</i></span><span lang="ES"><i>.</i> Barcelona: Ed. Destino, 1973.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><i>El bazar de los idiotas</i></span><span lang="ES"><i>. </i>Bogotá: Plaza y
Janés, 1974.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><i>El titiritero</i></span><span lang="ES"><i>.</i> Bogotá: Plaza y Janés, 1977.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><i>Cuentos del Parque Boyacá</i></span><span lang="ES"><i>.</i> Bogotá: Plaza y
Janés, 1978.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><i>Los míos</i></span><span lang="ES"><i>.</i> Bogotá: Plaza y Janés, 1981.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><i>Pepe Botellas</i></span><span lang="ES"><i>.</i> Bogotá: Plaza y Janés, 1984.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><i>El Divino</i></span><span lang="ES"><i>.</i> Bogotá: Plaza y Janés, 1986.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><i>El último gamonal</i></span><span lang="ES"><i>.</i> Bogotá: Plaza y Janés,
1987.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><i>Los sordos ya no hablan</i></span><span lang="ES"><i>.</i> Bogotá: Plaza y
Janés, 1991.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><b>Bibliografía
pasiva:</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">b)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">Vélez
Correa, Roberto. <i>Gardeazábal</i>. Bogotá: Plaza y Janés, 1986.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">Williams,
Raymond L., Comp. <i>Aproximaciones a Gustavo Álvarez Gardeazábal</i>. Bogotá:
Plaza y Janés, 1977.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<b><span lang="ES"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cóndores no entierran todos los días</span></span><span lang="ES">,<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7V175OehPuYpnvuoo7h7FPlHZAGJCUV1VxfEvtmdk9vSqxhaWXR20fDznIva2uMVgXzZAfYS71_ZfkSg3A_NscNbG-jgaVB66BPNRXlggcSpw1GQxTmx9JOrFhak0D69OJhxs0GXn31s/s1600/C%25C3%25B3ndores+no+entierran+todos+los+d%25C3%25ADas.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1070" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7V175OehPuYpnvuoo7h7FPlHZAGJCUV1VxfEvtmdk9vSqxhaWXR20fDznIva2uMVgXzZAfYS71_ZfkSg3A_NscNbG-jgaVB66BPNRXlggcSpw1GQxTmx9JOrFhak0D69OJhxs0GXn31s/s320/C%25C3%25B3ndores+no+entierran+todos+los+d%25C3%25ADas.jpg" width="214" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">(1a. ed., Ed. Destino, Barcelona, 1972)</td></tr>
</tbody></table>
</span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">novela
del colombiano Gustavo Álvarez Gardeazábal (V.), ganadora del Premio Manacor de
España, en 1971. Con ella cierra el autor un ciclo narrativo sobre León María
Lozano, legendario jefe de los llamados "pájaros", pandillas
asesoradas subrepticiamente por algunos sectores oficiales con el fin de que
eliminen a sus opositores políticos durante la vigencia de "la Violencia
en Colombia" (1948-1958). El personaje, famoso en la prensa de la época,
apareció primero en los cuentos "Donaldo Arrieta" (Premio Ciudad de
Barcelona, 1969), "Mercedes Aulestia M." y, con nombre completo, en
"El día que volvió León María" (Premio Unión Artesana de San
Sebastián, España, 1970). Luego, tomó estatura de personaje de trasfondo en su
novela <i>La tara del Papa </i>(1972), para convertirse, después, en el
protagonista de una de las mejores obras de Álvarez Gardeazábal, <i>Cóndores no
entierran todos los días.</i> Acá, el "Cóndor", alias de León María
en la realidad, se convierte en la pesadilla de la que nadie despierta.
Cristiano con fe de carbonero, celoso hasta la enfermedad, capaz de matar si el
fin lo justifica -no pagar unas letras, desmontar el peligro del partido
liberal, vengar el pasado de algún conservador, por ejemplo-, en esta novela
revela la historia y la sociología de una de las más terribles etapas de la
vida colombiana. El autor, sin embargo, huye de los esquemas panfletarios o
partidistas, e inscribe a su personaje en la más rica red de circunstancias
sociales, económicas, morales y políticas, y en un difícil remolino de 10 años
de recuerdos trágicos, narrados por una voz colectiva que se sitúa entre el
mañana del entierro del "Cóndor" y todo su pasado, nos deja una
novela acesante, dolorosa y pensativa, traducida, y llevada al cine con éxito
por Francisco Norden en la década del 80. (IPG).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><b>Bibliografía</b>:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">a)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES"><i>Cóndores no entierran todos los días</i></span><span lang="ES">.
Barcelona: Ed. Destino, 1972.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">b)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 24.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES">Gilard,
Jacques y otros. "Cóndores no entierran todos los días". <i>Aproximaciones
a Gustavo Álvarez Gardeazábal</i>. Bogotá: Ed. Plaza y Janés, 1977: 63-122.</span></div>
<br />Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-8102368691853471762020-08-04T14:45:00.001-07:002020-08-04T14:45:28.699-07:00Dos veces Evelio José Rosero<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhujSM406xosIvrj3HKHcGR8aerUWLZlxirtIAW1Tnw6m-YS1giqRJ9Rfh4cIPL61PbCk3fbvN5EywANE6cwfrfCMBKQtklrJQ36VpTABAY85O_2C0CQJCyXUKnATKX7J5VlAiu-p_tj10/s1600/Evelio+Rosero+1983.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1165" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhujSM406xosIvrj3HKHcGR8aerUWLZlxirtIAW1Tnw6m-YS1giqRJ9Rfh4cIPL61PbCk3fbvN5EywANE6cwfrfCMBKQtklrJQ36VpTABAY85O_2C0CQJCyXUKnATKX7J5VlAiu-p_tj10/s320/Evelio+Rosero+1983.jpg" width="233" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Evelio Rosero (1983)</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Ángel Rama estudió una serie de primeras novelas latinoamericanos, para
decir que allí, en ellas, ya se encontraba todo lo que habrían de ser,
posteriormente, esos autores. Incluso, que esas serían sus mejores obras. No es
el caso, por ejemplo, el de García Márquez, y de muchos otros que demoraron en
llegar a ese tope. A mí me ha llamado la atención -no como crítico, sino como
estudioso del proceso de creación literaria- ese premio de montaña que se gana apenas si se ha salido de la meta. En
fin, por algo soy anti canónico. No hay normas que regulen la creación; hay conductas, acciones,
comportamientos literarios, que le dan al arte esa ruta libre, desconocida y
desconcertante.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Hace tres semanas dije que la primera novela de Evelio
José Rosero no era <i>Mateo solo </i>(1984), sino <i>El eterno monólogo de LLO </i>(1981).
Ahora quiero explicar un poco más las razones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">El monólogo de 101 páginas lo presentó en Pasto al
Concurso Nacional de Poesía Awasca en 1981. El jurado, conformado por grandes poetas,
lo declaró “fuera de concurso” en vista de sus altas calidades y porque no era,
en realidad, un poema. Evelio para validar su participación lo había
subtitulado “poema novelado”. Pero no, una biografía novelada, no es una
biografía, es una novela que se funda sobre una biografía. Y un poema novelado
ya no es un poema, es una novela así su lenguaje y construcción sean poéticos. Lo
cierto es que, a conciencia o inconscientemente, para ese momento, Evelio había escrito su primera novela, a partir de la cual vendría una larga y exitosa vida -no sin contratiempos, sobre todo al comienzo- como narrador. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i><span lang="ES-MX" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">El eterno monólogo de LLO</span></i><span lang="ES-MX" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;"> es una caja de sorpresas en todos los sentidos: está dividido en ocho
“galerías” (no capítulos). “Ocho galerías bifurcantes”, dice en la nota
introductoria, y con eso el lector debe prepararse para asistir -entre absorto y divertido- a una propuesta
narrativa muy loca. El epígrafe lo consagra: “Yo no soy LLO / LLO
son todos ustedes”. Evelio, así, rompe el conservadurismo de nuestra narrativa y sobrepasa los atisbos del Nadaísmo. Se aleja de los parámetros
tradicionales. “Solo, a la deriva, LLO se ha
sentido pájaro ingrávido”, comienza la Primera Galería. En ese momento, Evelio
tiene 21 años y no siente ningún reato en romper esquemas. Deslumbra y uno siente
(como lo sentí cuando escribí la columna de 1982) que allí emergen nuevos
lenguajes, una mirada y una sintaxis ajenas a nuestros narradores, un tono
virulento extraño que, tal vez, empata con otras cosas desconocidas para
nosotros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Cuando, en 1984, leí la primera línea de la que, hasta
el momento, ha figurado como su primera novela, <i>Mateo Solo</i>, me dije: Evelio, sin dudas, seguirá
deslumbrando, será un gran escritor, será el talento narrativo nato e innato, pero luego
de dar dos pasos adelante, ahora da uno atrás. Así comienza <i>Mateo solo</i>: “Todos
estábamos de pie, frente a la ventana”. Y hará con <i>Mateo </i>una gran novela corta, otro
bello monólogo (Villavicencio, Editorial Entreletras,1984). No obstante, me dije, y no
hablo de influencias literarias, sino de corrientes históricas, esta nueva y excelente novela corta
suya, <i>Mateo</i>, ya no era<i> Altazor</i>, ya no era <i>Watt</i>, ya no era la locura que
siempre hemos rehuido. No hablo de las manidas vanguardias. Hablo de la locura
del monólogo de los borrachos de Rabelais en <i>Gargantúa y Pantagruel </i>, de las barbaridades de Tristram
Shandy, de las señoras Bloom o Dalloway, de Arlt y Macedonio, del absurdo colombiano que se entreveía
en LLO. De todo eso que los actuales correctores de estilo jamás perdonarían -y
que ellos me perdonen.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Algunos años después, mucho más
de diez, él había regresado de batallar en España, íbamos en un bus y le pregunté a
Evelio por aquella novela corta del 81, la de LLO, esa arrebatada y bella joya
de juventud, ¿qué había pasado con ella?, ¿por qué no aparecía en las notas de
solapa de las novelas que ahora comenzaban a ser famosas?, ¿no habían pensado los editores incorporarla al catálogo suyo? Por el gesto, por el rictus, por la sonrisa disimulada, por
la ternura melancólica de Evelio, deduje que ese primer hijo había sido engendrado
(no concebido) en una noche de gatos ensillados, de Walpurgis, de ballenas
blancas, de carnaval de negros, de gnomos ojirrojos, de hobbits, de esa locura
que él siempre ha llevado por dentro (y, a veces, por fuera) y que con esfuerzos debe contener para sobrevivir a la magna civilización
occidental.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Vuelvo a Ángel Rama. En esta primera novela de Evelio (y
no en las que siguieron), ya está todo su repertorio estético, su inconformidad
con el mundo, su potencial narrativo y poético, sus herramientas e intuiciones, es decir, lo que serían sus
cuentos y novelas posteriores, incluida <i>La carroza de Bolívar</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Creo, finalmente, que el catálogo de las obras
completas (como diría el corrosivo y querido Tito Monterroso) de Evelio Rosero debiera comenzar por <i>El eterno monólogo de LLO.</i></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;">Y ya que, con su peculiar calidad, Evelio logró
convencer a los tímidos e inseguros editores nuestros y españoles -digo yo y sólo es por volver a la locura que nos hace falta-, debiera volver por los
fueros “de LLO” y escribir una novela al estilo de aquellas 101 páginas
de 1981 que, por fortuna, Edgar Bastidas Urresty publicó en sus Ediciones
Testimonio. Ahora que con la madurez uno regresa a la juventud.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal;">
<br /></div>
<br />Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-70257542810453510802020-07-17T10:56:00.001-07:002020-07-17T15:04:17.707-07:007 Cogiendo el tono Primera página Pedro Páramo Isaías Peña Gutiérrez<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="270" src="https://www.youtube.com/embed/G4wz_MbZKDU" width="480"></iframe>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-63698327144551257862020-07-17T09:32:00.001-07:002020-07-17T09:32:23.108-07:007 Cogiendo el tono Primera página Pedro Páramo2<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="270" src="https://www.youtube.com/embed/Po_f1AcmcgQ" width="480"></iframe>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-26873959396913338992020-07-16T18:28:00.000-07:002020-07-16T18:28:44.296-07:00Hernando Socarrás, el poeta blanco (1945-2020)<br />
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjd5vQN-b3gJ7nOJRUatezATetBx65tU1-amWFYYXNaFwPqre5XMNCGIjdUkJGN7KArjb1JKiE0g5ndCW_CIk56aDrn9gNmCNT463PN_XvTED0uGIJQtVM6n3Ex9Emcmh9W5G9lujsKuwc/s1600/El-prodigio-de-Hernando-Socarras-portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="700" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjd5vQN-b3gJ7nOJRUatezATetBx65tU1-amWFYYXNaFwPqre5XMNCGIjdUkJGN7KArjb1JKiE0g5ndCW_CIk56aDrn9gNmCNT463PN_XvTED0uGIJQtVM6n3Ex9Emcmh9W5G9lujsKuwc/s320/El-prodigio-de-Hernando-Socarras-portada.jpg" width="207" /></a><span style="background: white; color: #212529; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;">El pasado 12 de julio de 2020, en una clínica de Bogotá,
murió el poeta Hernando Socarrás (1945-2020). Había vivido en Cartagena, donde
dirigió un Taller de Escritores, El Canto de la Cabuya, y luego se había
aislado en Pontezuela, donde, paradojas de la vida, comenzó a sufrir de los
oídos. Ahora, una trombosis cerebral puso fin a sus días. Hernando era un sol
blanco con largas barbas blancas. Pariente del sicoanalista y gran cuentista
colombiano José Francisco Socarrás, Hernando fue gran poeta de versos breves y,
al final, convirtió su vida en una generosa acción poética proyectada sobre las
gentes. Lo conocí en la década del 80. Y transcribo a continuación el texto que
publiqué en mi columna de </span><i style="font-size: 12pt;">El Espectador</i><span style="font-size: 12pt;">, “Lecturas desobedientes”, el 6
de marzo de 1981, recién aparecido su primer libro, </span><i style="font-size: 12pt;">Un solo aquello</i><span style="font-size: 12pt;">. Yo
era desobediente y no esperaba que los escritores fueron famosos para decir
algo sobre ellos. No es una feliz coincidencia, pero, al cerrar la columna, yo
citaba un poema sobre la muerte, del libro de Hernando. Ojalá su obra se
publicara completa.</span></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">“Poesía de
tono menor<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<i><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; mso-ansi-language: ES;">El Espectador</span></i><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; mso-ansi-language: ES;">, 6 marzo
1981<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Hernando Socarrás ganó el Concurso Nacional de Poesía “Awasca”, organizado
por el Taller de Escritores de la Universidad de Nariño que dirige Edgar Bastidas
Urresty, con un libro titulado <i>Trapecios</i>. De Socarrás tengo muy pocos
datos personales. Parece ser cartagenero nacido en Bogotá, según me decía el
cuentista Milcíades Arévalo. Hace un año recibí de Hernando Socarrás su primer
libro, si no estoy mal, <i>Un solo aquello</i>, poemario impreso por Valencia Editores
en 1980 y mini prologado por José Luis Díaz-Granados, pero el libro tampoco
trae un solo dato sobre el autor. Sin embargo, lo importante de este libro, <i>Un
solo aquello</i>, es el haberme servido para conocer a Hernando, lo mismo que
su poesía “en tono menor”, cómo me gustaría llamarla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">En todas las épocas han existido la poesía de concierto y la de los grandes
cantos épicos y, al lado de ellas, la poesía de cámara, piezas cortas para tres
o cuatro instrumentos, los pequeños grandes cantos líricos. A esta última se le
puede llamar “poesía de tono menor”, sin que con ello quiera significarse mayor
o menor calidad, porque en cada una de las dos clasificaciones siempre habrá
buena y mala poesía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<i><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">Un solo aquello</span></i><span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">, aunque a veces cae en la
simplicidad y otras en el arabesco inexpresivo, tiene las virtudes de la poesía
de “tono menor”: la rapidez, el encanto de la alusión destellante, la picardía
del instante, la reflexión del refrán, la sensación que no pasa. Se trata de
mirar el mundo con un lente macroscópico, detenerlo fijamente -de ahí el máximo
cuidado que exige esta poesía- y disparar el obturador cuando la emoción sea
franca. Las pequeñas olas, los tenues suspiros, las acciones mínimas quedan
impresas por esta poesía que exige grandes dotes poéticas para no caer en la
nimiedad o en la salida engañosa. Porque como en la pintura primitivista, la
conceptual o la abstracta, esta poesía se presta para negociar con falsas
pedrerías.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por eso, a Díaz-Granados le llamo
tanto la atención este poema de Hernando:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">No sabremos qué vaya sucediendo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con el color rojo de los pájaros<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pero en la preocupación<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-left: 35.4pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un aleteo un
aleteo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un aleteo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y a otras personas podría llamarles
la atención un poema como este:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">“Desnuda y bajo una penumbra<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la piel<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>va viviendo en varias<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>veces<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la ocurrencia de la muerte.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES;">El nuevo libro de Hernando Socarrás, <i>Trapecios</i>, seguramente, sea la
continuación de esta misma línea poética. Es posible que sea de mayor calado,
más intensa y recursiva. Cuando aparezca el bogotano-cartagenero publicado en las
nieblas de Pasto, volveré sobre él con el mismo agrado de ahora.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<b><span style="background: white; color: black; font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: ES-CO;">Hernando Socarrás </span></b><span style="background: white; color: black; font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: ES-CO;">nació en Bogotá en 1945.
Vivió muchos años en Cartagena. Y esta es una aproximación a su bibliografía:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<i><span style="background: white; color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-family: Arial;">Un solo aquello</span></i><span style="background: white; color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-family: Arial;"> (1980); </span><i><span style="background: white; color: #212529; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Trapecios</span></i><span style="background: white; color: #212529; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;"> (1981); </span><i><span style="background: white; color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-family: Arial;">Piel imagina</span></i><span style="background: white; color: black; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO; mso-bidi-font-family: Arial;"> (1987); <i>Sin
manos de atar</i> (1989); <i>Que la tierra te sea leve</i> (1992); <i>Cántico
hechizo</i> (1992); <i>Acaso doy voz</i> (1996); </span><i><span style="background: white; color: #212529; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;">Saloa</span></i><span style="background: white; color: #212529; font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-CO;"> (1996); <i>Viento de agua</i>
(2010-2011); Arco que reservo (2015); Ser de paso (2015); <i>El fuego de los
nacimientos. Antología</i> (Común Presencia Editores, Col. Los Conjurados,
2016)<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-27190432870708945042020-07-12T15:31:00.001-07:002020-07-12T15:31:54.582-07:006 Cogiendo el tono Primera página Los viajes de Gulliver Isaías Peña...<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="270" src="https://www.youtube.com/embed/Esw3he_JtKs" width="480"></iframe>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-80341890382471694352020-07-09T10:37:00.000-07:002020-07-09T10:37:19.724-07:00Columna profética sobre Evelio José Rosero<br />
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjx_0pNLYDdGNi2tzf5kfZSOB4E3VsZMx4pZDrWEzOU6b-0lkJTumZ4lGxVVS9FTR16eYZJa5NuJPfXVKhH2J_1mH74T17QYTGxM8jYelCXqgcDQJy5fQGgnSMYHpxu72RW_ZA0VIshAw/s1600/Evelio+Jos%25C3%25A9+Rosero%252C+El+mon%25C3%25B3logo+de+Llo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1108" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjx_0pNLYDdGNi2tzf5kfZSOB4E3VsZMx4pZDrWEzOU6b-0lkJTumZ4lGxVVS9FTR16eYZJa5NuJPfXVKhH2J_1mH74T17QYTGxM8jYelCXqgcDQJy5fQGgnSMYHpxu72RW_ZA0VIshAw/s320/Evelio+Jos%25C3%25A9+Rosero%252C+El+mon%25C3%25B3logo+de+Llo.jpg" width="221" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_Kc8YCQqPldchKFuYiozdDhBu_g59UQmGeqTdGrg0LUmlnMeFc2LmVZp1B5qTYHWiWIZ4VoOrXZw9ll6QqClmt3c3KL0-I4EIC-42aSN9VwrUjD7t1kOs6FDQjoE4bWkBp1rP9VuRaNs/s1600/Mateo+solo%252C+Evelio+Rosero.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1117" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_Kc8YCQqPldchKFuYiozdDhBu_g59UQmGeqTdGrg0LUmlnMeFc2LmVZp1B5qTYHWiWIZ4VoOrXZw9ll6QqClmt3c3KL0-I4EIC-42aSN9VwrUjD7t1kOs6FDQjoE4bWkBp1rP9VuRaNs/s320/Mateo+solo%252C+Evelio+Rosero.jpg" width="223" /></a><span lang="ES-MX" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;">La primera novela (inclusive, el primer libro) de Evelio José Rosero
Diago (casi siempre, Evelio José Rosero) no es </span><i style="font-size: 12pt;">Mateo solo</i><span style="font-size: 12pt;">,
novela publicada, en primera edición, por Jaime Fernández M., en su Editorial
Entreletras (Villavicencio, dic. de 1984), sino la titulada </span><i style="font-size: 12pt;">El eterno
monólogo de LLO</i><span style="font-size: 12pt;">, obra que había participado, en 1981, en el Concurso
Nacional de Poesía “Awaska”, organizado por el Taller de Escritores de la U. de
Nariño, bajo la dirección de Edgar Bastidas Urresty. El jurado (ojalá
supiéramos sus nombres), como era obvio, la declaró fuera de concurso, porque el
texto, aunque excelente, no se ajustaba a las bases -aunque era poético y él lo había subtitulado "Poema novelado" para "colarse", digo yo, en el concurso, estaba escrito en prosa
narrativa y no en el género convocado, sencillamente-. Por ser de alta calidad
literaria, Edgar rescató el manuscrito de Evelio y lo publicó bajo su sello
Ediciones Testimonio (“Apartado aéreo 187, Pasto, Colombia”, lo recuerdo), que
dirigió por tantos años. El libro, de 101 páginas, mucho más extenso que</span><i style="font-size: 12pt;">
Mateo solo </i><span style="font-size: 12pt;">(66 pp.)</span><span style="font-size: 12pt;">, fue impreso en Medellín por la legendaria Editorial Lealon, en
agosto de 1981, tres años antes de </span><i style="font-size: 12pt;">Mateo</i><span style="font-size: 12pt;">. Cuando Evelio me lo regaló
autografiado, dejó la constancia: “Para Isaías Peña G., con aprecio, esta
primera publicación del esfuerzo. Evelio José Rosero. X/81”. Yo lo leí con
juicio y, sorprendido, le dediqué mi columna de libros, que hacía en </span><i style="font-size: 12pt;">El
Espectador</i><span style="font-size: 12pt;"> con el nombre de “Lecturas desobedientes”. Apareció el viernes
2 de abril de 1982. Y resultó profética, tanto por el exitoso futuro que
anunciaba de su autor, como por, incluso, aquello de que este libro resultaría
“inadvertido” (ninguna editorial hasta ahora lo tiene en sus listas y,
paradojas del destino literario, tampoco aparece en las referencias bibliográficas
de Evelio. Pero es allí donde, por primera vez, vimos, apenas en los 23 años
suyos, toda la sabiduría literaria de Evelio José Rosero. Fue y es mi opinión.
La reitero ahora que aparece, por fortuna, con todos los honores, otra edición
de </span><i style="font-size: 12pt;">Mateo solo</i><span style="font-size: 12pt;">, en Tusquets Editores. (Y con esto cumplo mi recado para
Juan David Correa, quien escribió en FB una interesante reseña sobre </span><i style="font-size: 12pt;">Mateo </i><span style="font-size: 12pt;">y
Evelio). Y, dentro de ocho días, volveré sobre el LLO de Evelio, para atender un comentario de Ximena Ruiz y de mi querido Evelio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;">A continuación, tal cual, mi columna de 1982:</span></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal;">
<b><span lang="ES-MX" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Arial;">“El ´LLO´ de Evelio José Rosero<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Arial;">Por Isaías Peña Gutiérrez<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Arial;">(<i>El Espectador</i>, Bogotá, 2 de abril de 1982)</span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Arial;">Hace rato -unos cuatro años, tal vez-, he
considerado el nombre de Evelio José Rosero como uno de los principales
integrantes del movimiento literario colombiano de la década de los años 80s.
Muchos jóvenes nacidos entre 1950 y 1960 comienzan a copar los premios de los
concursos de cuento y poesía -muy escasos, por cierto, en este año-, pero entre
ellos la imaginación y el lenguaje de Rosero logran colocarlo en una zona
distinta a la de sus antecesores y coetáneos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Arial;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Finalista
en varios concursos, premiado en Cali en un concurso de poesía en 1978, en
Armenia en un concurso nacional de cuento en 1979, en Barranquilla con otro
cuento en el mismo año, Evelio José Rosero fue declarado fuera de concurso en
Pasto el año pasado con motivo del Premio de Poesía del Taller de Escritores de
la Universidad de Nariño, que coordina Edgar Bastidas Urresty. En esa ocasión
participó con un libro titulado <i>El eterno monólogo de LLO</i>, que luego fue
publicado, en magnífica edición de Lealón (Medellín), por la Fundación Testimonio,
con excelente carátula de Adriana Sanmartín. Este libro lo subtituló su autor
como “(poema novelado)” y, efectivamente, lo es y así se debe leer. Con eso
quiero decir que Rosero propuso una escritura mixta portadora de las imágenes
interrumpidas propias del poema, y, al mismo tiempo, de la prosa y de la
presencia de núcleos anecdóticos esparcidos en lo que él llama “galerías” (ocho
en total, a manera de capítulos). Una idea gráfica del libro puede tenerla el
lector con la acumulación de las primeras frases de cada una de las ocho
“galerías”:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Arial;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>“Solo,
a la deriva, LLO se ha sentido pajarraco ingrávido. / Amarilla moneda. LLO
acudía a la tienda de la esquina para comprar besos de hielo… / Las piedras los
ladrillos las rocas los planchones, el paso de un zapato ancho y duro, las
sombras perfilándose. / Sosteniendo la lámpara en la mano, LLO se percata de la
presencia de su sombra. / Pinté de ocre un portal verde. / Que lo empujen todas
las manos: Viajar es siempre huir. / Todo es último, el último gato maúlla en
el último tejado. / LLO escribe que escribo, escribimos que LLO escribe, no podemos
asegurar que tenemos alas pero hay algo parecido que nos brota desde el hígado”.
El juego de la persona gramatical utilizada en la narración se define desde el segundo
epígrafe: “Yo no soy LLO/ LLO son todos ustedes”. Y así el monólogo del LLO se
convierte en un monólogo del hombre contemporáneo visto, simultáneamente, por
él y por mí, como en una figura cubista o en la superposición de dos negativos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Arial;">Ese “yo” que visto por “él” del
LLO, trasiega de principio a fin por todos los vericuetos de la vida moderna. Yo
no diría que alcanza a filosofar -si es que esa es algunas veces la intención-,
pero sí reflexiona poéticamente a partir de una serie de circunstancias
narrativas del LLO. En ese camino de idas y devueltas, que cubren la vida de
una persona desde su niñez hasta su adultez, Evelio José Rosero demuestra estar
en posesión de una imaginación renovada y exuberante, de un lenguaje activo,
agresivo, rápido, que en ningún momento pierde su claridad a pesar de los
riesgos que conlleva (monotonía, inútil especulación o falta de gravidez).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span lang="ES" style="font-family: "Verdana",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Arial;">Este libro, que puede pasar
inadvertido, es para mí uno de los principales en la iniciación del que será el
grupo generacional de la década del 80 aunque sea aventurado decirlo.”<o:p></o:p></span></div>
<br />Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-67139905471717335952020-07-03T12:17:00.001-07:002020-07-03T12:17:42.181-07:005 Cogiendo el tono Primera página La peste Isaías Peña Gutiérrez<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="270" src="https://www.youtube.com/embed/zJ7u_d12iYg" width="480"></iframe>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7740445438007544568.post-39898462748071421532020-06-26T16:29:00.001-07:002020-06-26T16:29:00.760-07:004 Cogiendo el tono Primera página Gargantúa y Pantagruel Isaías Peña...<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="270" src="https://www.youtube.com/embed/AZlyQXz74yQ" width="480"></iframe>Isaías Peña Gutiérrezhttp://www.blogger.com/profile/02669103542022113559noreply@blogger.com0