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Mostrando entradas de 2017

Néstor Sánchez y Julio Cortázar

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Néstor Sánchez, autor de culto, oculto   (Este texto sobre el narrador argentino Néstor Sánchez lo escribí para el diario El Espectador  y apareció publicado el día 13 de agosto de 2017). Aunque se convirtió en un autor de culto y su destino ha sido el de permanecer oculto (al contrario de muchos autores de culto), Néstor Sánchez no ha dejado de ser una referencia polémica en las letras del mundo. Lo fue en la década del 60 del siglo pasado, cuando publicó sus primeros libros. Sin embargo, las nuevas generaciones -del 80 para acá- no saben nada de él. Entre nosotros, los estudiantes de creación literaria y los escritores jóvenes no lo tienen en sus listas. Incluso, muchos argentinos lo ignoran. Federico Andahazi me dijo alguna vez que Néstor Sánchez era mexicano.         Cuando publicó Nosotros dos y Siberia blues , en 1966 y 1967, sus primeras novelas, con el entusiasmo de la Editorial Sudamericana de Buenos Aires (el mismo año de Cien años de soledad ), se prendieron las

Vargas Llosa y García Márquez

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Gabo, ¿artista o intelectual? Gabo con Carlos Barral y Vargas Llosa (1970)         E ntre el 3 y el 7 de julio pasado, tuvo lugar el curso de verano “Gabriel García Márquez: más allá del realismo mágico”, organizado por la Universidad Complutense de Madrid, España (Cátedra Mario Vargas Llosa), dictado en la municipalidad de San Lorenzo de El Escorial. Allí hablaron, entre otros, Daniel Samper Pizano, Dasso Saldívar, Gerald Martin, Mauricio Bonnett, Laura Restrepo. Y el columnista de El Espectador , Carlos Granés, entrevistó a Mario Vargas Llosa. En esa entrevista -me guío por El País , de Madrid-, fue donde el nobel de literatura peruano clasificó a García Márquez como un gran artista, y lo descartó como intelectual. Vargas Llosa dijo, según el diario español: “García Márquez no era un intelectual, sino un artista. No estaba en condiciones de explicar el enorme talento que tenía a la hora de ponerse a escribir. De modo que funcionaba a base de intuiciones y pálpitos que no p

Jóvenes poetas chinos en la U. Tadeo

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Li Cheng´en Zhou Sese Hoy, miércoles 5 de junio de 2017, de 3 a 5 de la tarde, en la Biblioteca de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, tercer piso, de Bogotá, invitados por el Instiuto Confucio y su director Enrique Posada, harán una lectura de poesía dos escritores chinos invitados al Festival Internacional de Poesía de Medellín: Li Cheng´en y Zhou Sese. Esta es una muestra de su poesía (incluida la de la poetisa Mei Er, quien no pudo venir). Al final, encontrarán una breve biografía de cada una de ellas y de él. Entrada libre.   P EZ DEL RÍO BIANHE                 Por Li Cheng’en (Traducción de Yang Hong) El Río Bianhe lava la alegría de la adolescencia Y con su baño quedo clara y límpida. Nunca llevo la tristeza a tierras extrañas Y sé nadar a favor de la corriente. Es en el Río Bianhe donde la jovencita pesca. Delicados como la poesía antigua, Son tan delgados y pequeños sus peces Que una mano me basta para sostenerlos. Muy vivos y animados

Un cuento de Alexander Castillo

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CUENTO Las monedas de la traición Alexander Castillo Morales* Las monedas con las que el Justo fue perdido tienen un valor esquivo y dañino. La mayoría cree que el valor maldito de las monedas se deriva de haber vendido al Mesías, cuando en realidad sirvieron para perder al hijo del hombre de una forma más elaborada y efectiva. Además sirvieron para que un hombre que flaqueó como muchos otros fuese condenado a ser el chivo expiatorio. En la picota de la historia sigue el ambicioso Judas, ficha de un ajedrez tan traicionero como él mismo. En general, no se conoce la tensión de fuerzas oscuras de uno y otro bando que se conjugaron para acabar con su humanidad tan débil como la del que lo negó. ¡Qué equivocados han estado! A él le dieron las monedas por un servicio más hondo y menos pueril que el de un simple delator, cargo del que lo acusa la historia. En realidad una sola moneda pagó su misión. Las otras fueron una discreta compañía para minar el remordimiento del miserable. En

No todo libro es mercancía

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A raíz de los cincuenta años de la publicación (30 de mayo de 1967) y de la puesta en venta en las librerías de Buenos Aires (5 y 6 de junio de 1967), de Cien años de soledad , la novela de Gabriel García Márquez, aparecieron muchos recuerdos, notas y ensayos acerca de aquel acontecimiento, que vivimos cuando estábamos terminando nuestras carreras universitarias. Un artículo muy oportuno fue el de Conrado Zuluaga, titulado “ Cien años de soledad cumplió la profecía de Melquíades”, publicado en El Tiempo (Bogotá, 28 de mayo de 2017), donde, entre otras cosas, resalta la conciencia de Gabo frente al oficio del escritor y, sobre todo, la responsabilidad de divulgar (“promocionar”, dice Conrado con lenguaje de gerente editor), por todos los medios, su obra escrita. Y enumera los medios periodísticos donde, por entonces, aparecieron capítulos o fragmentos antes de ser editada la novela: 1. El 1 de mayo de 1966, en el Magazín Dominical de El Espectador (Bogotá), apareció el primer capí

Congreso Coetzee en septiembre 2017

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La Universidad Nacional de San Martín, Argentina, viene realizando la Cátedra J. M. Coetzee desde hace un tiempo. Ahora, con la presencia del autor, prepara para el segundo semestre de este año un evento intercontinental, que abarca lo que se ha llamado las "literaturas del sur" de América, Asia, Africa y Australia (no sé si Europa). Transcribo la invitación oficial. No hay dudas de que toda la obra de J. M. Coetzee ha tenido inmensa resonancia en Colombia y su significado literario y político tiene especial interés en una época como la actual, similar a la vivida a finales del Apartheid sudafricano.   CONVOCATORIA DE PONENCIAS UNSAM - Cátedra Coetzee: Literaturas del Sur  Congreso Internacional: La obra de John Maxwell Coetzee en Latinoamérica Buenos Aires, 12 y 13 de septiembre de 2017   Presentación del Congreso Desde hace varios años ha habido un creciente y pronunciado interés transnacional por la literatura y el pensamiento de J. M. Coetzee.

Botella papel, Ramón Cote

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Ramón Cote Baraibar (Leí este texto sobre el libro Botella papel , del poeta colombiano Ramón Cote Baraibar, un jueves de agosto de 2016, en la Casa de Poesía Silva, de Bogotá, con el título "De fulgores y vestigios". Será publicado en la revista que ellos publican y con su autorización lo reproduzco en mi blog). Tan pronto terminé de leer el libro Botella papel , del poeta colombiano Ramón Cote Baraibar, me pregunté por sus herencias o afinidades. Y no lo hice por prejuicios académicos, sino porque me sorprendió verlo alejado de las corrientes normales de la poesía colombiana e, incluso, latinoamericana. Nosotros solemos editar libros de poesía que son el resultado de la acumulación de poemas escritos durante un año, un lustro o una década, sin que los una ningún propósito en particular, salvo la motivación poética de cada día. Lo cual no invalida, por supuesto, la edición del libro, ni descalifica la calidad de los poemas. Pero el caso de libros como Botella pape

Rhodes: Instrumental. Música, medicina y locura

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Portada del libro Instrumental. Memorias de música, medicina y locura. Al filo entre el año 16 y el 17, terminé de leer Las voces de Marrakesch. El testigo oidor , el libro 6 de las obras completas de Elías Canetti, en el que disfruté la delicadeza de la prosa y de las historias en su primera parte y me aburrí con los cuadros del "oidor", de la segunda parte; Piedra infernal , una novela corta, póstuma, de Malcolm Lowry, una especie de alegoría (o realidad, según se vea) donde un músico inglés, que siempre recuerda a Melville y un par de novelas suyas, busca sin buscarlo un sanatorio para su alcoholismo y se encuentra con un siquiatra y dos internos que terminan siendo sus mejores amigos, para desde allí siempre observar los barcos del puerto sobre el mar, las tormentas y el tiempo que lo sacude, hasta cuando sale y comienza su final o su comienzo, su alcoholismo salvador; y, leí otro libro muy extraño, extrañísimo, que va más allá de lo que dice el título y subtítulo, In

Gilberto Martínez Arango (1934-2017)

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Gilberto Martínez (1934-2017) Creo que Gilberto Martínez, así siempre lo conocimos (ahora, con su muerte, recuerdo que su segundo apellido era Arango), por su actividad permanente, apasionada, casi obsesiva, configuró en los últimos 50 años de la historia cultural colombiana uno de los pilares más destacados del teatro colombiano y latinoamericano. Aunque su profesión, la medicina, lo mantuvo por varios años cerca de la cardiología, y siempre fue un hombre atlético (alcanzó a ser campeón suramericano de natación), Gilberto sólo habló de teatro. Fue actor, director, gestor teatral, administrador público de teatro, ensayista, investigador y divulgador de las artes escénicas. En 1976, como jurados que fuimos en los premios de Casa de las Américas, compartimos un enero entre La Habana y la Isla de la Juventud. Extrovertido, franco en sus opiniones, poco ortodoxo, severo en sus opiniones, respetuoso pero cercano a la polémica, indagador como pocos de los intríngulis del quehacer teatra