Un poema de Cintio Vitier, en su partida


El aire

Estoy despierto, sí, estoy mirando
fríamente algunas cosas
que van dejando ya de ser secretas.
Están ahí, como los árboles
en el desnudo aire. Sí, estoy despierto.
Hasta la casa de mi infancia es de los otros:
la han pintado de un color chillón,
entran y salen por los cuartos de mi alma,
hablando de otro asunto. La luz invade el patio
de mis ocultas nadas. También miro
con deseo ese rostro que es ninguno
y que viene como un ave malherida
de los que sufren y sonríen.
¡Oh pueblo innumerable! Estoy despierto.
Estoy mirando el polvo bañado por la luz,
las tinieblas disueltas en el aire
cuando empieza a dibujarse la verdad:
el árbol, la alegría, el sacrificio.
Y sé que aún tengo más recuerdos en la sangre
de los que puedo recordar, y más olvido
del que puede olvidarse en este mundo.
Pero qué importa, al fin, si la mitad
de aquella vida se me desprende y cae,
si tanto sueño, al fin, ha despertado,
si no hay sitio que no me esté mirando
ni instante en que el azar no me visite.
Quiero ser como tú, ¡oh rostro de los pobres!,
misterio del dolor y la sonrisa, porque el aire,
el simple aire límpido y vacío,
llenará nuestras voces y esperanzas.


[Tomado del portal virtual: "A media voz", o "La voz de los poetas"]

Murió el jueves 1 de octubre de 2009 el poeta católico-comunista Cintio Vitier, de quien ya habíamos anticipado un poema suyo en esta seccional dominical de poesía. El diario Juventud Rebelde, de La Habana, informó así:
“En horas de la tarde de este jueves falleció en La Habana, Cintio Vitier, Premio Nacional de Literatura, y uno de los más notables intelectuales cubanos de nuestra época, reconocido no solo por su creación poética sino por la extraordinaria pasión dedicada al estudio y promoción del pensamiento martiano.
Nacido de padres cubanos en Cayo Hueso, el 21 de septiembre de 1921, cursó sus primeros estudios en Matanzas y luego se trasladó a La Habana, donde desde muy joven descubrió su vocación poética y se integró al grupo Orígenes, de gran significación para la cultura nacional a partir de la década de los 40 del siglo pasado.
Desde entonces compartió su vida con Fina García Marruz, también destacada poetisa y autora de reveladores ensayos sobre José Martí.
Tras el triunfo revolucionario, Cintio entregó su talento y su voz a los nuevos tiempos de la Patria.
Entre sus obras más prominentes figuran los poemarios Vísperas y Testimonios, la novela De Peña Pobre y los ensayos Lo cubano en la poesía y Ese sol del mundo moral.
Por sus méritos patrióticos el Consejo de Estado le otorgó la Orden José Martí.
Sus restos mortales estarán expuestos en la sede del Centro de Estudios Martianos, Calzada y 4, en El Vedado y su sepelio se efectuará en el Cementerio de Colón, a las 10:00 a. m. de hoy (sábado)”.

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